Protestas en varios estados; demandan intervención obligatoria de los tres niveles de gobierno
Desapariciones forzadas en México,
crimen de Estado
Fundador de casa de migrantes en Saltillo advierte que este delito crece al amparo del gobierno
Dejar solos a familiares en la búsqueda, práctica generalizada de las procuradurías estatales
Dejar solos a familiares en la búsqueda, práctica generalizada de las procuradurías estatales
Integrantes de la asociación Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos
en Nuevo León recordaron ayer a sus familiares ausentes, exigieron
justicia a las autoridades y señalaron que las investigaciones
prácticamente no han avanzado. Los activistas se reunieron en la Plaza
de los Desaparecidos, en el centro de MonterreyFoto Cuartoscuro
De los corresponsales
Periódico La Jornada
Jueves 31 de agosto de 2017,
Jueves 31 de agosto de 2017,
En el Día Internacional de las Víctimas de
Desapariciones Forzadax, cientos de personas, padres, madres, hijos y
amigos de los ausentes, salieron ayer a las calles de Coahuila,
Chihuahua, Nuevo León y Baja California a exigir a las autoridades la
búsqueda de sus seres queridos, sanción a los responsables y freno a ese
delito.
¿Dónde están nuestros hijos?, corearon durante una marcha por calles de Torreón integrantes del Grupo Vida, que agrupa a familiares de desaparecidos, quienes se desplazan hasta donde alguien les informa sobre sitios que sirvieron a las bandas de narcotraficantes para torturar y asesinar a sus víctimas.
La búsqueda es en vida, eso no hay que olvidarlo, dijo Silvia Élida Ortiz Solís, coordinadora de Grupo Vida, quien busca a su hija Silvia Stephanie Sánchez-Viesca Ortiz, desaparecida el 5 de diciembre de 2004, cuando salió de la preparatoria e volvía a su casa. Tenía 16 años de edad.
En Saltillo, Pedro Pantoja Arreola, sacerdote jesuita y fundador de la casa del migrante Frontera con Justicia, ofició una misa en la catedral de esa ciudad, donde denunció que, lejos de detenerse, la desaparición forzada de personas en México crece
bajo el amparo del gobierno. Es un crimen de Estado, de lesa humanidad, opinó.
Lourdes Herrera forma parte del colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila y está convencida de que
ante el desinterés del gobierno, las familias de las víctimas están obligadas a mantenerse en su búsqueda.
La mañana del 29 de agosto de 2009 la vida le cambió a Lourdes con el secuestro de su esposo, Esteban Acosta Rodríguez, entonces jefe de seguridad y custodia del penal varonil de Saltillo, quien viajaba rumbo al aeropuerto de Monterrey acompañado de su hijo Brandon, de ocho años, y de sus hermanos Gerardo y Gualberto Acosta Rodríguez. Desde entonces se desconoce el paradero de los cuatro.
Son ocho años y la desesperación no pasa, es igual, como el primer día que no supe de ellos, que no estuve con mi niño, indicó.
Seguiremos exigiendo al gobierno la búsqueda en vida, nuestra principal demanda, y justicia, porque es el Estado, el gobierno, quien permitió esta tragedia que estamos viviendo miles de familias mexicanas. Nuestros desaparecidos tienen nombre y familias que los aguardan desesperadamente, aseguró.
En Ciudad Juárez, Chihuahua, familiares, amigos y activistas realizaron dos marchas: una a la Fiscalía de la Mujer para exigir la presentación con vida de 108 desaparecidas desde 1993 hasta finales de 2016. En lo que va de 2017 suman 16.
La otra fue a la Fiscalía General del Estado en la zona norte para exigir la presentación de víctimas de desaparición forzada y que se ponga fin a la tortura. Denunciaron que las autoridades mantienen congelados los expedientes, a pesar de que existen evidencias de que quienes fueron atormentados por la policía no realizaban actividades ilícitas.
En Chihuahua se tienen registrados mil 986 desaparecidos; 21 casos son del fuero federal y mil 965 del fuero común.
Óscar Enríquez, fundador del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, explicó que la protesta fue para presionar a las autoridades a fin de que
realicen su trabajo a cabalidad y busquen a tanta víctima de desaparición.
También instaron al Congreso de la Unión para que la Ley de
Desaparición Forzada de Personas estipule la colaboración de los tres
niveles de gobierno, pues el problema en México
es grave.
En Monterrey, Nuevo León, medio centenar de personas llevaron
fotografías de sus seres queridos perdidos y demandaron que los
presenten vivos.
Los ausentes residían en Nuevo León y Tamaulipas y sus parientes se
reúnen cada mes con representantes de las procuradurías de ambos estados
para conocer el avance de las indagatorias, dijo Liz Sánchez,
representante de la organización Ciudadanos en Apoyo a los Derechos
Humanos AC.
De acuerdo con los registros oficiales, en Nuevo León ha habido mil
397 desaparecidos en los 10 años recientes, pero los activistas calculan
que la cifra podría llegar al doble.
Son 10 años de búsqueda y vemos cómo se siguen dando desapariciones mientras el trabajo de las autoridades deja mucho qué desear,, reprochó la activista Juana Catalina Estala Lozano.
Fosas sin revisar en NL
En otro acto realizado en la Plaza de los Desaparecidos,
en Monterrey, Leticia Hidalgo, de Fuerzas Unidas por Nuestros
Desaparecidos, señaló que las investigaciones en las fosas clandestinas
encontradas en el municipio de García en mayo de este año se encuentran
estancadas.
Integrantes de la Asociación Esperanza contra la Desaparición Forzada
de Personas y la Impunidad se manifestaron en la explanada del Centro
Cívico de Mexicali, frente a las oficinas del gobierno y el Congreso de
Baja California, para exigir justicia pronta y expedita y se aclare el
paradero de sus parientes privados de su libertad.
En esta entidad hay más de 3 mil casos de desapariciones forzadas desde 2000.
Irma Leyva, madre de Diego Hernández Leyva, ex agente de la policía
ministerial desparecido en enero de 2007, y Alma Díaz, madre de Érick
Francisco Díaz, agente de la Procuraduría General de la República
privado de la libertad en junio de 1995, señalaron que la fiscalía busca
osamentas en forma
precaria y obsoleta, sólo con perros y varillas. Leyva exigió nuevamente al gobierno estatal que compre un georradar para localización de restos humanos.
En Chilpancingo, el Comité de Padres y Familiares de Desaparecidos,
Secuestrados y Desaparecidos del Estado de Guerrero y del País
demandaron justicia al gobernador Héctor Astudillo Flores.
En entrevista, María Guadalupe Rodríguez Narciso, dirigente de esta
organización en Chilpancingo, mencionó que en Guerrero se demanda la
presentación de unas 300 personas.
El gobernador ha hecho caso omiso, a pesar de que hemos tenido reuniones con él, y si bien nos ha escuchado no hay una respuesta ni un compromiso con las víctimas.
(Leopoldo Ramos, Rubén Villalpando, Érick Muñiz, Antonio Heras y Sergio Ocampo.)
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