China posee el ‘arma invisible’ más potente de destrucción masiva
China
posee un arma de destrucción masiva ‘oculta’ pero ‘intimidante’ que
permite mantener como rehenes a un cuarto del mundo sin hacer un solo
disparo.
El analista Eugene K. Chow, en un artículo para 'The National Interest', considera que las presas,
es un arma que China tiene ‘oculta a la vista’ pero de gran poder
devastador al causar inundaciones catastróficas que cambiarían la forma
de ecosistemas enteros en los países vecinos.
Con unas 87.000 presas y el control de la meseta tibetana —fuente de
diez ríos más importantes de los que dependen 2000 millones de
personas—, "China posee un arma de destrucción masiva, ya que con un
solo giro del interruptor puede liberar cientos de millones de galones
de agua de sus mega represas", explica Chow.
De acuerdo con el analista, es casi improbable que China pudiera
desencadenar deliberadamente "un acto tan destructivo contra sus vecinos
río abajo", pero la posesión de presas otorga a Pekín "una enorme
influencia" por su capacidad para controlar "el recurso más esencial de
la vida".
Para satisfacer su insaciable demanda de electricidad, China ha
aumentado drásticamente la construcción de represas hidroeléctricas
desde 1949, en la actualidad tiene más presas que EE.UU., Brasil y
Canadá juntos, esto ha alimentado el temor en las naciones vecinas.
El glaciólogo indio Milap Chandra Sharma advierte de que las represas
en el Tíbet pueden ser desastrosas para la India porque "pueden
desencadenar su furia durante terremotos o accidentes", o bien ser
"fácilmente utilizadas contra La India durante una guerra" mediante su destrucción intencionada.
Además de las inundaciones,
también se apunta a las presas chinas como responsables del
empeoramiento de las sequías en la región. El año pasado, recuerda Chow,
Vietnam pidió a China que liberara agua de la represa de Yunnan en el
río Mekong para aliviar la sequía en el sudeste de Asia. China aceptó
hacerlo y las aguas fluyeron en Camboya, Laos, Birmania, Tailandia y
Vietnam.
En definitiva, “ya sea intencional o no”, el agua se ha convertido en
"un arma de facto" que proporciona a Pekín un poder político
significativo sobre sus vecinos del sur, pues estos ríos
son fundamentales para la vida porque proporcionan agua potable, riego
para la agricultura, hábitats para la pesca y transporte para el
comercio.
Por lo tanto, a medida que la escasez de agua empeore, la necesidad
de este vital recurso crecerá, al igual que el poder de Pekín, alerta
Chow.
lvs/ncl/ftm/rba
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