Los bombarderos estratégicos de EEUU y de Rusia —el B-1 y el Tu-160 respectivamente—, a pesar de tener un aspecto parecido, fueron creados con fines diferentes. Mientras ambos aviones están en proceso de renovación, los medios se preguntan, ¿cuál de los dos hace mejor su tarea?
Los dos aviones fueron diseñados en el mismo período —entre los años setenta y ochenta— y comparten varios aspectos de configuración. Tanto el B-1 como el Tu-160 son bombarderos supersónicos con alas de geometría variable destinados a operar a grandes alturas. Sin embargo, el papel militar previsto inicialmente para los dos es muy diferente, informa Dave Majumdar en su artículo para National Interest.
El destino turbulento del B-1
El B-1 fue diseñado para penetrar a una velocidad supersónica y a una gran altura el espacio aéreo del enemigo, así como realizar un bombardeo nuclear de objetivos alejados de la frontera. Sin embargo, el programa fue cancelado en 1977 cuando se hizo evidente que las defensas aéreas de la Unión Soviética eran impenetrables para el nuevo avión, comenta el experto. El abolido proyecto, denominado modelo A, cedió su lugar a un proyecto clasificado de lo que pronto se convertiría en el famoso bombardero furtivo B-2.
La administración del presidente Reagan resucitó el B-1 con un nuevo objetivo en la mente: la penetración del espacio aéreo enemigo a baja altura usando el terreno para ocultarse de los radares.
Para cumplir con la nueva tarea, el B-1 modelo B perdió su efectividad a grandes alturas y sacrificó mucha de su velocidad máxima —alcanza 1.530 km por hora contra los 2.510 del primer modelo—. En este período, seguía como un bombardero nuclear, señala Majumdar.
Finalmente, tras el fin de la guerra fría, el B-1 fue privado de las capacidades nucleares a favor de armas más convencionales. Para acomodar otros tipos de armamento —como misiles aire-aire, bombas guiadas y misiles de crucero— y nuevos sistemas de control de armas, el avión fue modernizado extensivamente.
Ahora, el B-1B no se dedica a asaltos rápidos del espacio aéreo del enemigo, sino que sirve como un portamisiles capaz de atacar a los blancos desde una larga distancia. Sin embargo, en este renglón, el bombardero estadounidense entra en el terreno del Tu-160 ruso, que fue diseñado exactamente para cumplir el papel de un portamisiles estratégico, subraya el analista.
El arma rusa para "la guerra final"
Los constructores rusos crearon el Tu-160 para garantizar un ataque nuclear en una posible Tercera Guerra Mundial, informa Majumdar.
Desde el inicio del proyecto, el diseño del avión se enfocó en la única tarea de acercarse rápidamente a la frontera del enemigo y lanzar varios misiles de crucero con ojivas nucleares desde una larga distancia contra objetivos de importancia.
Para llevar a cabo el ataque, el "Cisne Blanco" fue dotado con una velocidad enorme —más de 2.570 km por hora— y un arsenal de misiles de crucero de largo alcance. Cada Tu-160 puede llevar entre 12 y 24 misiles nucleares equipados con un sistema de navegación autónoma y algoritmos de evasión de intercepción.
Recientemente, Rusia lanzó una extensa modernización del Tu-160 con el fin de actualizar todos los sistemas y equipos de su bombardero. La versión modernizada, el Tu-160M2, es muchas veces calificada por los ingenieros rusos como "un avión completamente nuevo" que será capaz de actuar eficazmente como un portamisiles tanto nuclear como convencional —el papel en el que losTu-160 ya se probaron en Siria, atacando los objetivos de los terroristas durante la operación aérea de Rusia en el país árabe—.
¿Cuál ganará?
Es difícil comparar dos aviones creados con fines diferentes. "Tienen papeles y misiones diferentes", comentó el analista. Sin embargo, mientras que el B-1 llegó a ser un portamisiles estratégico tras decenas de años de revisiones, el Tu-160 goza de unos 30 años en ese papel.
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