Los Kurdos luchan contra el Estado Islámico mientras Rusia entra en la guerra siria
Por: Joris Leverink
Una imagen tomada de material de archivo publicado por el Ministerio de Defensa de Rusia el 9 de octubre de 2015. | Foto: Reuters
Los Kurdos sirios son vistos como los más formidables enemigos del grupo Estado Islámico.
La semana pasada, los EE.UU. anunció que había dejado caer 50 toneladas de municiones a los grupos rebeldes en el norte de Siria. A pesar de su anuncio público proclamando lo contrario, la mayoría, si no todas las municiones terminaron en manos de los Kurdos sirios que luchan bajo la bandera de las Fuerzas de Protección de los Pueblos, o YPG.
Sensibles a la disposición negativa del Ejército Libre de Siria y Turquía hacia los Kurdos sirios, los EE.UU. declararon alto y claro que el apoyo era para una serie de grupos rebeldes árabes en la provincia de Raqqa que se habían organizado a sí mismos bajo el paraguas de las recién creadas Fuerzas Democráticas Sirias.
Independientemente del discurso público, no hay duda de que los EE.UU. querían que las municiones terminen en manos kurdas desde el principio.
El YPG ha sido uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos en la lucha contra el grupo denominado Estado Islámico, y apoyado por los ataques aéreos de la coalición han dado una serie de golpes significativos a la organización yihadista. Sin embargo, las reservas turcas acerca de la organización debido a sus estrechos vínculos con el PKK - que ha estado librando una insurgencia contra el Estado turco durante los últimos treinta años – obligaron a los EE.UU. a mantener su apoyo al mínimo. Hasta ahora.
No hace mucho tiempo, escribí un artículo sugiriendo que, al elegir a Turquía sobre los Kurdos sirios, los EE.UU. habían traicionado sus verdaderas intenciones de luchar contra el grupo Estado Islámico: manteniendo su influencia en la región en lugar de derrotar a los yihadistas. El repentino cambio de tácticas de Estados Unidos, ahora que ha decidido proporcionar apoyo material a la YPG, no socava, sino que confirma esa teoría.
La relación entre los EE.UU. y Turquía se ha mantenido prácticamente igual, pero la aparición de Rusia como una nueva parte en el conflicto sirio ha obligado a los EE.UU. a que su política regional sea sumisa a sus aspiraciones globales.
Rusia comenzó sus ataques aéreos en Siria el 30 de septiembre Después de haber apoyado al régimen de Assad política, financiera y materialmente por muchas décadas, su intervención física en el conflicto no fue una gran sorpresa - a pesar de que muchos esperaban que nunca suceda.
Los ataques aéreos rusos se han dirigido a todos los que el régimen ve como terroristas, lo que significa, básicamente, todo el que lleva un arma sin ser parte de las Fuerzas Armadas sirias – siendo el YPG una notable excepción, que no está ni en coalición ni en confrontación directa con el régimen.
En el contexto de la guerra de Siria, lo único que los EE.UU. y Rusia parecen estar de acuerdo es en su actitud hacia los Kurdos, a los que ambas partes perciben como un aliado potencialmente clave en el terreno, con gran horror de Turquía que percibe tanto al YPG y al Partido Unión Democrática (PYD) como organizaciones terroristas y ha advertido que las armas distribuidas a estas partes podrían eventualmente ser utilizadas contra el Estado turco.
Antes de las últimas entregas aéreas se escuchaba cada vez más críticas procedentes de los Kurdos en cuanto a su cooperación con los EE.UU. Los ataques aéreos de la coalición han jugado un papel crucial en los avances de las fuerzas kurdas contra el grupo Estado Islámico, pero la negligencia de la Casa Blanca para hablar contra Turquía cuando éste estaba librando una guerra contra sus ciudadanos Kurdos en un intento de aplastar el apoyo al PKK, hizo que el YPG y su brazo político, el PYD se den cuenta de que el apoyo Occidental sólo llegará hasta cierto punto.
Cuando a Salih Muslim, co-líder del PYD se le preguntó en una entrevista reciente acerca de la respuesta kurda a la intervención militar de Rusia en Siria, respondió: "Vamos a luchar junto a todo el que luche contra el Estado Islámico. Vamos a estar junto a quien batalle contra la mentalidad de ISIS". Esta declaración pone de relieve la principal prioridad del PYD - La lucha - y su disposición es aceptar la ayuda de quien esté preparado para apoyarles.
Los Kurdos y los EE.UU. son aliados únicamente a la hora de luchar contra el Grupo Estado Islámico. Enfrentando fuerzas hostiles en todos lados - regímenes y fuerzas jihadistas en el oeste y el sur, Turquía, en el norte y el Gobierno Regional de Kurdistán, en el oeste - no son necesariamente beneficiados cuando se trata de elegir con quien alinearse. Pero ideológicamente, el PYD y el YPG se encuentran tan lejos de los EE.UU., como de Rusia, con la posibilidad muy real de que se unan a estos últimos cuando su "aliado" EE.UU. deje de cumplir.
Aunque en que medida el PYD y el YPG apoyan la participación de Rusia en Siria sigue sin estar claro - un comandante del YPG proclamó públicamente que habían solicitado armas a Rusia, mientras que en otra declaración negó los informes anteriores que aseguraban el apoyo del YPG a las operaciones de Rusia - La mención que hizo Putin de los Kurdos como una fuerza importante en la lucha contra el grupo Estado Islámico durante su intervención en la 70 Asamblea General de la ONU, agitó los temores entre los estadounidenses de una alianza ruso-kurda. Por miedo a perder a uno de sus aliados más importantes sobre el terreno en Siria a su principal oponente en la arena política mundial, los EE.UU. no tuvieron otra opción más que intensificar su apoyo al YPG.
Así que, ¿significa esto que los Kurdos sirios pueden estar seguros ahora que las principales potencias mundiales están compitiendo por su atención? Lamentablemente no.
Tanto Rusia como los EE.UU. siguen siendo muy cautelosos a la la hora de molestar a Turquía. Rusia sabe que Turquía cuenta con el respaldo de la OTAN, y aunque mucho tendrá que pasar antes de que una confrontación a gran escala se convierta en una amenaza real, las reservas de paciencia de la OTAN se han drenado significativamente por la crisis de Ucrania. Para los EE.UU., Turquía sigue siendo percibida como un aliado regional indispensable a pesar de su apoyo encubierto a muchas de las mismas organizaciones radicales de la coalición liderada por Estados Unidos que está bombardeando ahora.
Desde la perspectiva de Turquía, los Kurdos - tanto en casa como en el extranjero - suponen una mayor amenaza para su seguridad nacional que el grupo Estado Islámico o cualquier otra organización yihadista. Como tal, harán todo lo posible para evitar cualquier acción que pueda fortalecer las fuerzas kurdas de Siria. Los planes de Turquía para una zona de seguridad dentro de Siria podrían estar fuera de la mesa ahora que la integridad de las fronteras de Siria está garantizada por Rusia, pero todavía tiene cierta ventaja debido a su control sobre las puertas de Europa, como lo demuestran los recientes acuerdos realizados con la UE con respecto a la crisis de los refugiados.
Al final del día, las fuerzas kurdas en Siria continúan su muy solitaria lucha para limpiar el norte de Siria del grupo Estado Islámico y otras organizaciones yihadistas. La intervención rusa podría haber proporcionado algunas pocas oportunidades para ampliar su base de apoyo en el ámbito internacional, pero quedar atrapados en medio de una lucha de poder entre Estados Unidos y Rusia por el dominio regional no es una posición particularmente envidiable en la que nadie quiera encontrarse.
**Joris Leverink es un periodista independiente con sede en Estambul con una Maestría en Economía Política, y editor de ROAR Magazine. Su twitter, @Le_Frique.
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Este contenido ha sido publicado originalmente por teleSUR
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