Siria y Rusia desmienten uso de bombas racimos contra grupos terroristas
El Comando General de las Fuerzas Armadas de Siria, al igual que el Gobierno ruso, desmintió este lunes una acusación que ha sido difundida por algunas cadenas mediáticas pro-occidentales, vinculada a la presunta utilización de bombas de racimo, por parte de Damasco, en su ofensiva contra los grupos terroristas armados.
“Esas informaciones recogidas por medios de prensa y atribuidas a una organización humanitaria estadounidense son falsas”, subrayó un comunicado citado por la agencia arabe siria de noticias SANA.
La organización a la cual se refiere el documento es Human Rights Watch, que acusó, “desde Nueva York”, a las Fuerzas Armadas sirias por supuestamente “utilizar bombas de racimo contra los grupos irregulares, pese a la condena internacional a este tipo de armas”, citando para ello a “presuntos testigos”.
En ese sentido, Damasco aclaró que no posee tales artefactos bélicos y que la divulgación de esas falsas informaciones forma parte de la campaña de mentiras de algunos medios, cuyo único objetivo es “desvirtuar la actuación de los grupos terroristas armados contra la población civil”.
Igualmente, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, desmintió la información sobre el uso de bombas de racimo de producción rusa por parte del Ejército sirio.
“No hay confirmación. La región está plagada de armas, entran tanto en Siria como en otros países, en enormes cantidades y de manera ilegal. Quién, de dónde y de qué forma se las suministra, es muy difícil de saber”, indicó.
Las municiones racimo o bombas “clúster” son aquellas que, tras ser lanzadas y alcanzar una altura programada, se dividen en varias bombetas y dejan caer decenas y hasta centenares de submuniciones, normalmente de distintos tipos (antipersonal, perforadoras, incendiarias) cubriendo una importante superficie.
Al menos 80 países suscribieron un tratado contra las bombas de racimo, del cual Siria no figura entre los firmantes, al igual que Estados Unidos, Rusia y China, los principales fabricantes. Washington utilizó este tipo de munición en grandes cantidades durante el bombardeo de Yugoslavia en 1999.
Por otro lado, el Canciller ruso reiteró la importancia de hacer cumplir el acuerdo de Ginebra para Siria, adoptado en una reunión internacional el pasado 30 de junio, que, entre otros aspectos, exige el cese simultáneo de la violencia, el regreso de la Misión de Observadores de las Naciones Unidas y el establecimiento de una mesa de negociaciones.
teleSUR-SANA-RT-HispanTV-RIANovosti/MARL
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