viernes, 26 de octubre de 2012

El “Tata” Cárdenas, Fidel y Chávez: Proyecto VS Dictadura

 
Publicado el octubre 26, 2012, Bajo Columna de opinión, Autor Seti.

Es un dictador, ya lleva más de 20 años en el poder…
Lázaro Cárdenas termina su mandato y se retira de la gestión política…
Desmantelamiento sistemático de escuelas normales rurales desde 1942 a la fecha…
¿Qué es una dictadura?

Por: Patricia Barba Ávila
Por años tanto politólogos de derecha como algunos de izquierda han criticado acremente la permanencia en el quehacer político de personajes como Fidel Castro y Hugo Chávez, equiparándolos con Rafael Videla, Augusto Pinochet o Francois Duvalier sin que, en mi opinión, hayan esgrimido argumentos de peso excepto la ortodoxia de la “no reelección” instituida en México por Francisco I. Madero durante el porfiriato que, como Videla, Pinochet y Duvalier, privilegió los intereses de los pocos en detrimento de los muchos.
Con los últimos acontecimientos en las escuelas normales rurales de Cherán y Tiripetío, estimo más que necesario reflexionar sobre la brutal represión contra los estudiantes por parte de un gobierno “democrático” surgido de una “competencia” electoral culminada en fraude. Sin negar la relevancia de la “no reelección” en el contexto histórico mexicano, quiero puntualizar aquí varios aspectos de este controvertido tema, empezando con las condiciones específicas de cada país tomando como base el caso del Gral. Cárdenas para argumentar sobre la necesidad de garantizar la continuidad de un proyecto de nación. Y es en este punto donde inicio el análisis de lo que fue el período de 6 años en los que dirigió el país el “Tata” Cárdenas con una visión humanista no sólo de las políticas sociales en campo y ciudad, sino también respecto de la formación de los futuros mentores al introducir la visión socialista en las escuelas normales.

Si bien las normales ya existían desde el período de Alvaro Obregón, lo cierto es que fue bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas cuando cobraron gran relevancia y se afianzaron como pilares de la formación de docentes, de manera que a partir de 1935, la Escuela Nacional de Maestros incluyó el socialismo en sus programas a través de una serie de nuevas cátedras, organizando las asignaturas en tres grandes núcleos: naturaleza, trabajo y sociedad. Ya para 1936 el consejo técnico de la Escuela Normal de maestros declaró ser socialista, según los fundamentos científicos, técnicos y objetivos señalados por el marxismo, eligiendo el materialismo dialéctico como método.
Una comparación entre el plan de 1925 y el de 1935 revela cambios considerables ya que los programas incluían materias como Teoría del Cooperativismo, Arte y Literatura al servicio del Proletariado y Legislación Revolucionaria. Adicionalmente, para los maestro rurales en servicio, se aplicaron otros procedimientos como las misiones. Ya para 1942, la educación socialista había adquirido un contenido distinto a lo que la reforma del 1934 había establecido.
Lamentablemente, a poco de haber dejado la presidencia el Gral. Cárdenas, este impulso a la educación normalista fue perdiendo fuerza debido al cambio ideológico gubernamental con la llegada a la primera magistratura del Gral. Manuel Ávila Camacho y es en este punto donde quiero fundamentar la conveniencia o no de la reelección y empiezo con la interrogante: ¿qué hubiese ocurrido no sólo con el reparto de tierras, la atención a los sectores marginados del país y otras políticas de corte humanista sino con las escuelas normales de haber continuado Lázaro Cárdenas del Río como presidente? Creo que la respuesta es que la visión de cooperativismo, legislación revolucionaria y el arte y la literatura al servicio del pueblo, hubiesen seguido afianzándose. Desafortunadamente para el destino de la educación normalista, el Gral. Cárdenas fue, en mi opinión, excesivamente respetuoso de la ortodoxia no-reeleccionista al rechazar contender por otro período presidencial, además de mantenerse al margen de las acciones del nuevo gobierno, con lo que involuntariamente permitió el consistente debilitamiento del sistema de escuelas normales y las políticas de gobierno tendientes a la justicia social.
Por otra parte, se ha dicho con toda razón que en México ha imperado una dictadura “blanda” o de partido, la del PRI, surgido de un proceso revolucionario inconcluso, desde mi punto de vista. Sin duda, toda la ideología que sirvió de impulso a la Revolución Mexicana ha quedado prácticamente borrada en los hechos y más acusadamente, desde la incorporación de Salinas de Gortari al gabinete de Miguel De La Madrid. Más aún, es indiscutible que sólo durante el cardenismo, la ideología floresmagonista de corte social y humanista tuvo vigencia. Sin embargo, tal como la historia lo constata, a los pocos años de haber concluido la administración del Gral. Cárdenas, los sucesivos gobiernos emanados del priísmo como partido único, fueron comportándose más como una autocracia protagonizada por la figura presidencial que como un gobierno tendiente a respetar el marco constitucional. Aquí es necesario mencionar que si bien en 1939 surgió el Partido Acción Nacional como oposición, éste fue encabezado por empresarios más preocupados por las políticas socialistas del “Tata” que por la democracia electoral. Retrospectivamente, podríamos decir que el PRI y el PAN de la segunda parte del Siglo XX y la primera del XXI, se han acercado tanto “ideológicamente” que prácticamente parecen un solo partido.
En México, para perjuicio de la genuina democracia, se ha emulado lo que ocurre en los E.U. y por ello hemos atestiguado la designación desde las élites político-empresariales, del candidato a la primera magistratura, en procesos que, en mi opinión, son meras formalidades para justificar el dispendio de millones de pesos distraídos del presupuesto federal y que debían destinarse a políticas tendientes a mejorar el nivel de vida de la población. Cuando en 1991 se crea el Instituto Federal Electoral y se publica el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) por iniciativa del propio Salinas apoyado por el entonces Presidente del CEN del PAN, Luis H. Álvarez, se institucionaliza la desviación de cuantiosas sumas de dinero para sostener la estructura de este instituto cuya función no ha sido la de transparentar la elección presidencial sino todo lo contrario, para satisfacer los requerimientos de un reducido grupo oligárquico nacional y e internacional cuyos intereses multimillonarios se verían seriamente amenazados bajo gobiernos emanados de la izquierda –la verdadera, no la “moderna” de la concertacesión.
Con base en todo lo anterior, regreso al punto central de esta reflexión: ¿es la no reelección ideal e imprescindible para la consecución del poder popular? Si nos remitimos a lo ocurrido en Cuba o Venezuela, con base en la evaluación de sus procesos electorales, podríamos decir que ha sido la voluntad de las mayorías la que ha decidido la continuidad de proyectos que, sin ser perfectos, sin duda alguna –y con base en los datos reportados por la ONU y otros organismos– han favorecido a amplios sectores otrora ignorados por gobiernos considerados “democráticos” simplemente porque no han sido reelectos sino surgidos de una “competencia” (SIC) electoral. Aquí pregunto: ¿no es acaso el pueblo el que debe elegir la forma de su gobierno (Art. 39 constitucional)? ¿Acaso sería beneficioso para el grueso de la población, el cambiar de un régimen que los ha atendido y respetado, a uno más interesado en cuidar las inversiones y ganancias de un puñado de mega-empresarios, simplemente para apegarse al precepto de la “no reelección” y la alternancia (aunque sea gatopardiana)? Lo pongo desde otra perspectiva: si usted adquiere un sistema para mejorar su empresa y éste le ha funcionado bien ¿se justificaría que comprara otro y con ello interrumpiera la buena marcha de su proyecto?
Por otra parte, tal como lo expresé en otro artículo, para respetar y concordar con la gestión de un determinado presidente o primer ministro –aquí excluyo la figura de monarca, aunque en los hechos, en México y otras “democracias” lo que haya prevalecido es una monarquía disfrazada de república– no es imprescindible ni factible tampoco, que el gobernante en cuestión sea impoluto y perfecto, no sólo porque la perfección es imposible en nuestra especie, sino porque se cuenta con un equipo o gabinete de expertos en las distintas áreas de la administración de un país. Pero, mucho más importante y determinante es la existencia de un engranaje que permita que sean los ciudadanos los que evalúen y califiquen de manera directa y efectiva, la gestión gubernamental. Aquí traigo a colación el referéndum y el plebiscito, instrumentos fundamentales para el ejercicio del auténtico poder popular y que han estado ausentes en el quehacer político mexicano con excepción de la Jefatura de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador del 2000 al 2006. Y aquí reitero: ¿si el grueso de la ciudadanía considera pertinente la continuación de un servidor público cuya gestión ha sido benéfica para el progreso de todos los sectores, no debe entonces respetarse la voluntad popular y tener preponderancia sobre ortodoxias como la no reelección?
Puede usted, estimado lector, sentir antipatía por Castro o Chávez, lo que difícilmente podría usted sustentar con argumentos incontrovertibles, es que han actuado con crueldad o dolo hacia sus pueblos, a contrapelo de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, surgidos del priísmo tecnócrata, y de los panistas Vicente Fox o Felipe Calderón, a los que los poderes fácticos permitieron habitar Los Pinos para aparentar una alternancia que jamás ha existido sino en apariencia. Lo mismo reza para Peña Nieto, otro testaferro del mega-poder a punto de ser “coronado” como Presidente de México…¿sirvió entonces de algo el ofensivo dispendio de millones de nuestro dinero en otra elección manipulada para favorecer a los pocos en perjuicio de los millones? Sólo hay que evaluar tanto el salvaje y creciente empobrecimiento de más de la mitad de la población como las medidas de represión contra estudiantes, maestros, obreros y campesinos para avizorar lo que nos espera bajo el peñismo…ah, pero eso sí, podemos jactarnos de que esté a punto de asumir la presidencia alguien que no fue reelecto, aunque el maridaje entre el PRI y el PAN y su contubernio con el poder financiero sean un ofensivo secreto a voces.
Cierro aquí esta reflexión expresando, sin el menor asomo de duda, que no hay punto de comparación entre las gestiones de Fidel en Cuba y Chávez en Venezuela y las dictaduras de Rafael Videla en Argentina y Augusto Pinochet en Chile, bajo las cuales ocurrieron los crímenes más horrendos que la humanidad haya atestiguado en el siglo pasado y que han sido calificados como crímenes de lesa humanidad contra miles de argentinos y chilenos que se oponían a regímenes que priorizaron el beneficio a los intereses de las mega-corporaciones transnacionales marginando a las grandes mayorías y sometiendo a cientos de sus representantes a vejaciones y torturas antes de asesinarlos.
La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas. Carlos Marx.
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