Espionaje de Monsanto y nueva sentencia millonaria
Silvia Ribeiro *
Dos mil millones de dólares por
daños. Es la cifra que un tribunal de Oakland, California, sentenció a
Monsanto (ahora propiedad de Bayer) a pagar al matrimonio Alberta y Alva
Pilliod, más 55 millones de dólares por costos médicos y de juicio, por
haberles causado cáncer con su herbicida RoundUp. Al mismo tiempo, en
Europa, el diario francés Le Monde reveló extensas operaciones de espionaje de Monsanto a periodistas y funcionarios públicos.
El abogado de los Pilliod –que tienen actualmente 70 años y han
tenido cáncer linfoma no-Hodgkin por más de una década– pidió
compensación por daños punitivos por mil millones de dólares, pero el
juez, siguiendo las declaraciones unánimes del jurado, decidió doblar la
suma. Esto, según explicó el jurado, para sentar ejemplo, porque de
acuerdo con las evidencias presentadas Monsanto actuó a sabiendas de los
efectos que tendría sobre los afectados y ocultando información
intencionalmente. Según la agencia Bloomberg, es la octava suma más alta
en Estados Unidos de compensación por daños debido a un producto defectuoso.
Sin embargo, no se trata de un
producto defectuoso. Es un agrotóxico herbicida que cumple el objetivo biocida para el que fue diseñado. Además de matar plantas y otras formas de vida en los cultivos, también es cancerígeno para animales y humanos. Monsanto lo sabía desde la década de 1980, pero en lugar de advertir sobre el riesgo se dedicó a ocultarlo, tanto en el etiquetado como a través de manipulaciones mediáticas, pagando a académicos para escribir artículos
científicosfalseados y corrompiendo o engañando funcionarios en agencias regulatorias (https://usrtk.org/monsanto-papers/).
El principal ingrediente de RoundUp es glifosato, inventado por Monsanto y por el que tuvo una patente monopólica por 20 años que le rindió cuantiosas ganancias. Cuando la patente estaba por vencer inventó los cultivos transgénicos tolerantes a su propio herbicida RoundUp, con lo que siguió dominando el mercado con la venta casada de la semilla y el agrotóxico.
Un elemento importante que quedó claro en este juicio es que además de la toxicidad propia del glifosato, los surfactantes y otros ingredientes del RoundUp –agregados para enfrentar la resistencia de malezas al glifosato– son también altamente tóxicos. Esto es muy relevante, porque las regulaciones sobre agrotóxicos, tanto en Estados Unidos como en América Latina, no exigen a las empresas evaluaciones de inocuidad de estos componentes secundarios, cuyo uso ha aumentado vertiginosamente debido a la resistencia por la expansión de cultivos transgénicos tolerantes al herbicida.
Como refiero en un artículo anterior (El veneno que nos legó Monsanto, La Jornada, 11/05/19), este es el tercer juicio contra Monsanto-Bayer ganado por las víctimas. Bayer apelará esta sentencia, pero hay otros 13 mil 400 juicios en proceso y siguen creciendo (https://tinyurl.com/y6y5xaor).
Poco antes de esta sentencia, el diario francés Le Monde
denunció que Monsanto había contratado en 2016 a la firma de relaciones
públicas FleishmanHillard, que realizó un fichaje de 200 personas que
consideraba relevantes en la regulación de glifosato, agrotóxicos y
transgénicos. El expediente se conformó mientras la Unión Europea estaba
discutiendo si suspendía la autorización de uso de glifosato, que
finalmente decidió prolongar cinco años más, debido justamente al masivo
cabildeo empresarial.
El fichaje confidencial realizado por FleishmanHillard para Monsanto en Francia abarcó periodistas de Le Monde
y otros medios, funcionarios públicos, parlamentarios, dirigentes de
organizaciones civiles, ambientalistas y de agricultores, académicos y
científicos. En la lista figura también Ségolène Royal, ex candidata a
presidenta. Más de la mitad de los espiados son periodistas. La empresa
seleccionó y agrupó en una tabla a 74
objetivos prioritarios, dividos en cuatro grupos: personas a vigilar, personas a educar, aliados y potenciales aliados a reclutar. Además de nombre y lugar de trabajo incluyeron sus direcciones y actividades personales, gustos, preferencias y opiniones políticas. Registrar este tipo de información sin consentimiento es ilegal en Francia, por lo que la justicia francesa inició una investigación a partir de la demanda de Le Monde. Podría ocasionar multas de 300,000 euros y hasta cinco años de prisión.
Bayer dijo desconocer las actividades de espionaje de Monsanto, pese a
que tenía hasta ese momento un contrato con la misma firma, pero luego
de encargar una investigación, el 21 de mayo, se disculpó por el
espionaje. Informó además que
partían de la basede que FleishmanHillard había realizado actividades similares en Alemania, Italia, Holanda, Polonia, España y Reino Unido, además de Francia.
Tanto Monsanto-Bayer como FleishmanHillard son empresas
trasnacionales, por lo cual es lógico pensar que las actividades de
espionaje y fichaje de opositores no se restringen solamente a estos
países, ni solamente a Monsanto y Bayer. Todas las empresas de
transgénicos, DuPont, Dow, Syngenta, además de Monsanto y Bayer, han
contratado firmas, como FleishmanHillard, para campañas encubiertas en
favor de transgénicos y agrotóxicos. No tienen argumentos para dar un
debate abierto y honesto.
* Investigadora del Grupo ETC
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