Astillero
Toledo, secretario crítico // Ecología política y desarrollismo // Prisas y pifias en proyectos // Apuestas de Alfonso Romo
Julio Hernández López
▲ Juan José Padilla Olmos, Rosendo Jesús Escalante y José Héctor Orozco,
de la Semar, en conferencia de prensa donde se pidió no especular sobre
causas del accidente del helicóptero M-17, que cayó la semana pasada en
Querétaro.
Foto Luis Castillo
El enredijo causado por
la renuncia de Josefa González Blanco a la secretaría federal del medio
ambiente (con un fuerte jaloneo, desde las entrañas del poderío moreno,
en busca de instalar como relevo al impresentable ex gobernador Manuel
Velasco o a la ebrardista Martha Delgado) se resolvió de una manera que
entraña un enigma operativo: el presidente Andrés Manuel López Obrador
designó para tal dependencia a Víctor Manuel Toledo, un doctor en
ecología por la Universidad Nacional Autónoma de México, investigador en
la misma casa de estudios y miembro del Sistema Nacional de
Investigadores en su máximo nivel.
A diferencia de su antecesora, el recién llegado Toledo tiene un
amplio historial académico y, de manera marcada, una definición política
e ideológica sobre las causas estructurales del avanzado deterioro del
medio ambiente mexicano. En particular, el nuevo secretario es un
estudioso y postulante de las tesis de la ecología política (un artículo
explica parte de esos postulados:
¿Por qué es importante la ecología política?, https://bit.ly/2EBNa6i).
Como investigador, académico y articulista (escribe en forma periódica en La Jornada),
Toledo ha expresado reservas de diverso grado respecto a varios de los
proyectos desarrollistas del gobierno obradorista. Es de suponerse que,
en congruencia con su formación científica, podrá entender y ejecutar
las tareas propias de la secretaría a su cargo y, sobre todo, que será
capaz de presentar una oposición razonada a las prisas y pifias que se
han ido cometiendo en la ruta de imposición de facto de varios de los
proyectos mencionados (Santa Lucía, Tren Maya, Proyecto Integral
Morelos, corredor transístmico y siembra masiva de árboles, entre
otros).
Sin embargo, la formación científica y la visión estructural del
problema ecológico pueden ser insuficientes por cuando menos dos
razones. La primera consiste en que las capacidades intelectuales en
determinada materia no se traducen de forma automática en habilidades
operativas, en viabilidad práctica. La segunda, radica en los obstáculos
que ya conoció la dimitente González Blanco y que no tienen visos de
ser removidos o eliminados en un corto plazo: el drástico recorte de
personal y recursos económicos en esa secretaría la convirtieron, en
estos casi seis meses de gobierno, en una forma de inmovilidad e
inviabilidad, además del peso distorsionante de la imperiosa voluntad
presidencial que presiona para que sean ahorrados trámites y fases en
los proyectos que son de su especial preferencia.
Por otra parte, la presencia del científico Toledo en la Semarnat
ofrece al presidente López Obrador la posibilidad de construirse vías de
salida en caso de que la realidad económica, técnica, política y social
empantane o anule algunos de esos proyectos tan acariciados en Palacio
Nacional. Ante situaciones de emergencia, AMLO podría argüir que la
anterior secretaria no le informó adecuadamente de los riesgos y
problemas de determinados proyectos, mientras que el secretario entrante
sí lo habría hecho y, bajo esa nueva luz, podrían replantearse o
cancelarse tales planes. No sería justo, en términos políticos, cargar
responsabilidades o presuntas omisiones a quien dejó el escenario, pero
en política el poderoso siempre busca la manera de resolver sus
conflictos o crisis con cargo a los subordinados.
Uno de estos subordinados, constantemente puesto por sus adversarios
en una hipotética puerta de salida del gabinete obradorista, ha
pretendido apostar a reporteros que no habrá una crisis económica en el
país. Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia de la
República, estuvo ayer en un acto con los directivos del Consejo
Coordinador Empresarial y ahí respondió a la prensa:
No veo ninguna recesión por nada, cero. Les apuesto 20 a uno que no va a haber recesión, o 100 a uno ¿quién me la toma? (...) Vamos a hacer un buen gobierno. Estamos trabajando muchas horas diarias. Espero que ustedes lo empiecen a sentir en muy poco tiempo.
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
No hay comentarios:
Publicar un comentario