Fue militante del PAN durante 30 años, pero hace unos meses el empresario Fernando Turner Dávila decidió renunciar a su partido porque se sintió traicionado por la política económica nefasta aplicada desde el gobierno de Felipe Calderón, que ha empobrecido al país a niveles históricos.
En los últimos seis años su inquietud le llevó a encabezar junto a otros empresarios regiomontanos, como Alfonso Romo y Alberto Santos, un movimiento para intentar dinamizar la economía, pero en Los Pinos los ignoraron: No encontramos eco. Hay autismo, sordera, una miopía verdaderamente espeluznante mientras la gente se empobrece más. Es un pecado social y moral tener a la mitad de los mexicanos en la pobreza.
No es el único empresario que coincide con su postura. En la última reunión de Despierta México con el virtual candidato de izquierda a la Presidencia de México, realizada hace unas semanas en Monterrey, mil 200 empresarios dieron una bienvenida apoteósica e inédita al líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena); entre ellos estaban los Canales, Sada, Clariond… muchos de los que no creían en él.
Atrás quedaron los tiempos en que López Obrador fue considerado un peligro para México; un hombre que expropiaría negocios, empresas, cuentas bancarias, casas habitación, los bienes de los mexicanos. Atrás quedó el estigma de la campaña sucia de la última elección presidencial auspiciada por los grandes empresarios –privilegiados eternos del sistema– para bloquear su ascenso al poder. Atrás quedaron los prejuicios, el miedo, la incultura y la falta de información.
Sabíamos el elevado nivel de opinión negativa que AMLO tiene en los sectores empresariales, medios y altos de la población, sobre todo en el norte del país –comenta Turner con una amplia sonrisa–, pero no podíamos perder la oportunidad de apoyar a alguien que esencialmente trae el programa correcto para sacar a este país del estancamiento, del desamparo y la pobreza de la gente. Es una persona bien intencionada, que tiene la orientación correcta y necesita ayuda para llegar, y se la vamos a dar. Se nos han unido muchísimos empresarios medianos y pequeños, hay una muy favorable reacción a este esfuerzo. Los empresarios grandes son más cautos, tienen más intereses que cuidar.
Contra cúpulas de la IP
A Turner su padre le enseñó el valor del esfuerzo en el trabajo. Fue minero de carbón, albañil en la chimenea de Rosita, obrero y mil usos, hasta que creó su empresa y dejó como legado la educación a sus hijos. Turner estudió en el Instituto Tecnológico de Monterrey y empezó a trabajar en Altos Hornos de México, donde estuvo 10 años; luego en el Grupo Alfa durante seis años, hasta que se independizó: En 1982 compré unas empresas de Alfa que estaban bien tronadas, me tardé 15 años en restructurarlas.
Está sentado en su oficina, en la planta industrial de su empresa de autopartes Katcon, ubicada en Santa Catarina, Nuevo León. Vive en Monterrey, tiene cinco hijos y 14 nietos. Cuenta que en 2005 decidió irse a Harvard a estudiar una maestría en administración pública, ya de viejón, y confiesa que se divirtió mucho poniéndole gorro a los maestros que enseñan todas esas tonteras que aprendieron Cordero y compañía. Discutía con ellos y saqué la maestría; con eso pude platicar más con los tecnócratas, que siempre lo tratan a uno como ignorante. Fue cuando creó un estudio a fondo de las razones por las cuales la economía del país no crecía, y ante la sordera institucional empezó su búsqueda de un cambio de rumbo.
Analizó las causas de la falta de distribución de la riqueza: Los empresarios grandes han sido sumamente conservadores y miopes, es la pura neta. Esta política económica nefasta no se hubiera podido sostener si no hubiera estado sostenida por la clase empresarial corporativizada, que es uno de los oligopolios que hay que eliminar en el país.
Turner y otros importantes hombres de negocios del país no se sienten representados por organismos como el Consejo Coordinador Empresarial, Coparmex o la Asociación de Banqueros, algunos de los que hicieron la guerra sucia contra AMLO: El hecho de que una cúpula se sienta representante y vocero de 6 millones de empresarios no corresponde con la realidad. En todo caso lo son de un grupo pequeño de grandes empresarios, pero no de los pequeños y medianos. Es ofensivo que digan que me están representando, porque no es así. Son organismos piramidales que se unen en el Consejo Coordinador Empresarial, la Asociación de Banqueros, Coparmex… y todos juntitos tienen una sola voz, y son responsables directos y claros del fracaso.
–Tal vez porque son muchos los privilegios que reciben del poder en turno…
–Desgraciadamente, sí. Esa cupulización hace que convivan los buenos con los malos. La mayoría de los empresarios no disfrutan monopolios, pero se sientan en la misma mesa con ellos, y son amigos. Pero si se quejan de los monopolios públicos, también deben tener un discurso en contra de los oligopolios privados, si no, no suena bien.
Las ñáñaras
Entonces decidió fundar la Asociación Nacional de Empresarios Independientes, AC, de la cual es presidente, y logró marcar una diferencia importante. Hemos logrado que se vea la diversidad que hay en el empresariado mexicano. No todos somos monopolistas ni estamos en el agandalle, cerca del gobierno para ver qué nos da; nosotros estamos trabajando, haciendo empresas, y habemos muchos que no estamos de acuerdo con la política económica ni con el corporativismo empresarial.
Logró también romper esa simbiosis que históricamente ha marcado el devenir político en el norte con la alianza empresarios-PAN: muchos empresarios nos sentimos traicionados por el PAN, sentimos que el partido, no al nivel local de Fernando Larrazabal (alcalde de Monterrey) y compañía, sino a escala nacional, donde se ha aplicado una política económica que ha empobrecido al país; es lo que más me duele.
Confiesa que estaba en el PAN por sus ideales, que son muy buenos, pero nunca los llevó a la práctica, y al compararlos con los de López Obrador se dio cuenta de que son los mismos: El chiste es que AMLO tiene la convicción de llevarlos adelante, la capacidad para hacerlos realidad; tiene menos impedimentos para romper con los monopolios y es quien cuenta con una visión clara del país, quien está pensando en trascender en la historia.
Reconoce que aún hay dogmas por derribar de ambas partes y que todavía hay empresarios que creen que López Obrador les va a quitar sus negocios: “la guerra sucia fue tremendamente efectiva; es impresionante cómo la gente se fue con la finta. Todavía hay que quitarles todas esas ñáñaras. Esa cerrazón se cultiva socialmente por los medios de comunicación, en las universidades y en las escuelas. La gente se va cerrando y se hace conservadora. También hay muchos dogmas que quitar. Hay muchas personas que consideran que todos los empresarios somos unos tales por cuales, hambreadores, vividores, y no es así”.
Inteligencia contra propaganda
El empresario Alfonso Romo, que en 2000 pidió el voto en favor de Vicente Fox, se ha unido al movimiento en favor de AMLO, porque nada de lo que han hecho en los últimos 70 años ha funcionado, y el primer gobierno panista trajo más desigualdad a la población.
Turner está convencido de que en las próximas elecciones presidenciales la inteligencia emocional de México va a superar la propaganda mediática en favor de Enrique Peña Nieto, y verá la realidad de ese partido y de ese candidato: “El PRI está ayudando, rodeándose de un elenco directivo que es verdaderamente impresionante: de un lado, Humberto Moreira; del otro, la maestra Elba Esther Gordillo, y por otro el Niño Verde, Jorge Emilio González Martínez. Es fabuloso”.
El PRI tiene aliados poderosos entre el empresariado, por eso, nuestra labor es convencer a esas personas, decirles que se ven mal en esa compañía, que están equivocadas y necesitan reflexionar. No he hallado a un solo empresario que diga que apoya al PRI.
–¿Y el PAN tiene futuro?
–No creo. Los resultados han sido tan malos que es una piedra muy pesada en el equipaje competitivo. El PAN se perdió, tiene principios extraordinariamente buenos, tuvo una historia notable, heroica, pero se perdió, se priíso, se perdió entre el empirismo, la práctica política y sus ideales. Nunca pudo unir teoría y práctica. Se ha separado cada vez más. Los resultados de los últimos 12 años son muy malos, no hay manera de refrendarlos otro sexenio más. Si sale el candidato que el Presidente quiere: Cordero, peor; todavía con Josefina Vázquez Mota representarían algo”.
Pero está convencido de que la lucha por la Presidencia será entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador: con el apoyo de Marcelo Ebrard se quitó uno de los mitos. Se vio mucha civilidad, mucha concordia, altura, nivel de gente de Estado; se ve un equipo sólido. No se han eliminado las posibilidades de trabajar juntos. Hacen un buen equipo. Mucha gente considera, con razón, que Ebrard es un buen administrador y AMLO es el mejor candidato.
–¿Qué les ha hecho cambiar tan radicalmente de opinión?
–Mientras la gente no tenga qué comer va estar degradada, emproblemada, no educada; buscando cómo salir adelante, y va a haber inseguridad. AMLO sabe cómo dinamizar la economía. Implica motivar a 5 o 6 millones de empresarios medianos y pequeños a que inviertan para que aumenten el empleo y los salarios; sabe que una vez que se inicie el cambio se va a requerir financiamiento, y tiene programas para que éste fluya. Sabe que el gobierno gasta de más, que no puede imponer otros impuestos y que el gobierno necesita un plan de austeridad y de ahorro, cosa que ningún otro partido ha dicho, y eso es música para mis oídos. Sabe que mientras tanto, necesita ciertos programas emergentes de empleo para que la gente tenga más esperanza, sobre todo los jóvenes”.
República amorosa y Madero
Turner coincide con el último mensaje de AMLO sobre el amor, porque ve coincidencias en la influencia del ex presidente Francisco I. Madero: Madero tenía una influencia muy fuerte de León Tolstoi, un hombre que predicaba la no violencia, el desprendimiento, la generosidad hacia el prójimo, el amor hacia todos; de hecho, Tolstoi fue mentor ideológico de Gandhi. AMLO está teniendo una influencia muy positiva de gente cercana que ha estudiado mucho a Madero, uno de los pocos hombres buenos que ha habido en la política mexicana.
¿Amor?, por supuesto –dice Turner. Es necesario. Estamos en un país que está tan lleno de cinismo, de simulación, que hablar ahorita de amor como que suena feo, pero AMLO sí lo cree. Se necesita eso en este país; de hecho, entre la población hay gran demanda de que se restablezcan los valores. Y si nos ponemos muy amorosos como él, de que todos somos hermanos y no queremos ver gente en la miseria porque es ofensivo, podemos cambiar a México; hay que echarle los kilos.
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