Día de la Revolución… de compras

Es sabido que para el PAN es difícil celebrar el 20 de noviembre, Día de la Revolución, pero la manera de generar un consumismo absurdo en un país –donde el poder adquisitivo es casi nulo– es una grosería. Compra, compra, compra y enriquece a los mismos de siempre; derrocha tu dinero, tu esfuerzo de todo el año: eso es el aguinaldo. Sólo les falta decir “La revolución de las compras”; sin embargo, la realidad es que “para el pobre nunca hay ofertas”.
En este país hace falta orientación acerca de cómo utilizar las cuentas bancarias, la planeación de los gastos semanales, mensuales y anuales; cómo optimizar nuestro sueldo, pero lejos de eso crean una “iniciativa México” como forma de arrancar a los ciudadanos su dinero; hablan de capitalización, de empleos (eventuales, sin futuro, ni prestaciones), con lo que quieren dar la sensación de abundancia económica. ¿Abundancia económica cuando la compra de víveres será a 18 meses? Cuando para pagar los zapatos y ropa pasarán hasta dos años, y entonces esa ropa ya no exista.
¿Qué pasaría si con “el poder de la compra” esperamos a enero para ver cómo empiezan el año, el precio de la gasolina, las tortillas, el pan, el predial y los servicios, y así demostramos a los mercaderes y sus protectores que sí sabemos optimizar nuestro dinero?
Norma Sosa