Radio TV Martí y la «nueva» estrategia de subversión contra Cuba
Escrito por
M. H. Lagarde
Radio y TV Martí son financiados por
el gobierno de Estados Unidos, y cada año el Congreso les dedica una
partida superior a los $29 millones.
Cualquier semejanza de la «nueva» estrategia con la política
editorial que practican algunas páginas, presuntamente independientes,
que hoy abundan en internet, no es para nada pura coincidencia.
La Agencia de Estados Unidos para Medios Globales (USAGM), que supervisa la difusión internacional de información financiada por los contribuyentes, acaba de dar a conocer los resultados de una auditoría a la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB) —léase Radio TV Martí.
La auditoría —realizada en febrero como respuesta a un programa del
año pasado, que presuntamente contenía comentarios antisemitas sobre el
filántropo multimillonario George Soros, y que conllevó a tomar medidas
disciplinarias contra nueve periodistas— confirma lo que todo el mundo
sabe desde hace tiempo: «las transmisiones de Estados Unidos hacia Cuba
están llenas de mal periodismo y propaganda ineficaz», una elegante
manera de llamar a la mentira y la manipulación.
De acuerdo con un reporte de la Voz de las Américas
(VOA), las conclusiones del examen se basaron en un estudio realizado
por cinco expertos en comunicación, quienes determinaron que «el
periodismo en OCB (radio, televisión y un sitio online) es parcial, no proporciona contexto y se cruza en la defensa estridente de las causas disidentes cubanas de línea dura».
«No es solo defensa; es realmente como una propaganda de tipo
antiguo, de martilleo constante», dijo el presidente del panel, Edward
Schumacher-Matos, profesor de la Escuela de Derecho y Diplomacia de
Fletcher, en la Universidad de Tufts.
Los auditores apreciaron que mientras «casi cualquier crítica» al
Gobierno cubano está permitida en los programas de Radio y TV Martí,
«hay poco o ningún intento de obtener una respuesta o proporcionar una
información equilibrada» y que, por lo tanto: «Las normas de objetividad
bien establecidas se ignoran rutinariamente en favor de las tácticas de
comunicación propagandística».
Por tal motivo, según los investigadores, es poco probable que de ese
modo se «logren promover la libertad y la democracia, dada la
demografía, la cultura y las circunstancias de Cuba en la actualidad».
Pero como ya dijimos, hasta aquí, nada que no se supiera. El
artículo, publicado en el sitio de internet de la VOA, recuerda también
parte de la conflictiva historia de la mal llamada Radio TV Martí, con
sede en Miami.
No es primera vez que esa emisora ha sido objeto de críticas por sus malas prácticas profesionales.
No es primera vez que esa emisora ha sido objeto de críticas por sus malas prácticas profesionales.
Ya en 1999, el inspector general del Departamento de Estado había
señalado que las estaciones tenían «problemas con el equilibrio, la
imparcialidad y la objetividad», y una investigación del Senado de los
Estados Unidos en 2010 concluyó que tenía «un apoyo insignificante de
parte del pueblo cubano».
Por entonces, la hasta ahora inútil Oficina de Transmisiones hacia
Cuba ya le había costado 700 millones a los contribuyentes, lo que llevó
a decir al senador demócrata Russ Feingold, en una carta dirigida a
Obama, que lo que se debía hacer en ese caso era dejar de financiar ese
medio.
«Cuando estamos con un déficit fiscal astronómico (…), necesitamos
eliminar todo gasto ineficiente y superfluo. Este programa es una
reliquia de la Guerra Fría, no cumple con reglas periodísticas y es un
ejemplo notable de desperdicio gubernamental», sostuvo Feingold.
La nueva auditoría, sin embargo, a pesar de arribar a similar
evaluación profesional, confía en la sobrevivencia de la Oficina de
Transmisión Cubana (OCB), si la mencionada emisora realiza ciertas
reformas en sus transmisiones.
Las recomendaciones, señaladas en el informe Embarking on Reform of the Office of Cuba Broadcasting,
de la Agencia de Estados Unidos para Medios Globales (USAGM), proponen
lograr un nuevo enfoque editorial y un claro formato de producción, para
llegar a los cubanos de la Isla de una manera más neutral.
Para ello, aseguran los panelistas, en vez de utilizar una forma
abierta de oposición y hostilidad hacia la totalidad de la Revolución
Cubana en todos sus aspectos sociales, políticos, culturales y
económicos, es necesario tener en cuenta esa regla primordial de los
mensajes políticos exitosos y del marketing moderno que reza que, para
influir en las personas, por lo general, lo primero que debe
establecerse es la empatía.
«Debes demostrar que entiendes su situación, que simpatizas con
ellos, que aprecias tanto lo bueno como lo malo de sus vidas y los
problemas que enfrentan».
De ese modo, una vez que los cubanos estén cautivados con temas
controvertidos, en formatos neutros de televisión y radio, podrán
absorber las noticias de manera respetuosa —aseguran los auditores.
Como en la Isla el 40% de la población nació después de la caída de
la Unión Soviética, los «programas de entrevistas unilaterales con
anfitriones combativos» que centran su contenido en las quejas de la
época de la Guerra Fría, deberían ser sustituidos por temas más
actuales.
«En Cuba, hay muchas cosas interesantes que mostrar, y muchas formas de alcanzar a los jóvenes con material actual, sin hablar del régimen y los acontecimientos de hace años. Las noticias podrían centrarse en sucesos y tendencias actuales, para enriquecer tanto el mensaje como el contenido».
«En Cuba, hay muchas cosas interesantes que mostrar, y muchas formas de alcanzar a los jóvenes con material actual, sin hablar del régimen y los acontecimientos de hace años. Las noticias podrían centrarse en sucesos y tendencias actuales, para enriquecer tanto el mensaje como el contenido».
De igual forma, los auditores de la (USAGM) recomiendan que los
programas de debate, en los que participan expertos, deben mantener una
crítica imparcial, lo cual permitiría la introducción de puntos de
vistas divergentes, más frescos y actuales, capaces de cautivar e
influir a un público mayor.
Según aclara el informe Embarking on Reform of the Office of Cuba Broadcasting: «No hay nada nuevo o revolucionario en estas recomendaciones. Son el enfoque utilizado por el Voice of América y los otros servicios de la Agencia de los Estados Unidos para los Medios Globales. Es el enfoque que funcionó para derribar el telón de acero de la Unión Soviética y moderar a China en los días de Mao. Es el mismo enfoque que se utiliza para moderar a los musulmanes extremistas en el Medio Oriente y África».
Según aclara el informe Embarking on Reform of the Office of Cuba Broadcasting: «No hay nada nuevo o revolucionario en estas recomendaciones. Son el enfoque utilizado por el Voice of América y los otros servicios de la Agencia de los Estados Unidos para los Medios Globales. Es el enfoque que funcionó para derribar el telón de acero de la Unión Soviética y moderar a China en los días de Mao. Es el mismo enfoque que se utiliza para moderar a los musulmanes extremistas en el Medio Oriente y África».
La propuesta sugiere que las faltas y deficiencias del régimen
cubano, y las dificultades de la vida en la isla no deben dejar de
dominar las noticias, pero para ello no es necesario excluir todos los
demás temas, tal como sucede actualmente donde prevalece una discusión
constante y monótona sobre Cuba.
Tratar los asuntos cubanos, al estilo de barricada de la guerra fría
como en las viejas estaciones de radio de Miami, no logrará llevar a su
fin la misión de OCB y, a juicio de los autores del informe, se debe
realizar un esfuerzo, lo que: «requerirá una reducción sustancial del
tiempo y el espacio dedicado a los asuntos cubanos y un cambio
categórico en la forma en que Cuba es tratada».
Las recomendaciones incluyen, además, desarrollar categorías nuevas
de contenido, en múltiples y nuevos formatos, que atraigan a la
población actual de Cuba, especialmente a los jóvenes.
La «implacable defensa anticubana» debería buscar como alternativa
otros «tipos de cobertura de noticias e incluso un periodismo de
promoción que podría ser más eficaz, por ejemplo, contar historias
positivas sobre usted o sobre Estados Unidos».
"Estas herramientas entonces permitirían a la OCB elaborar una
estrategia que intencional y metódicamente busque «promover la libertad y
la democracia brindando al pueblo de Cuba una programación objetiva de
noticias e información».
Cualquier semejanza de la «nueva» estrategia diseñada para Radio TV
Martí con la política editorial que practican algunas páginas,
presuntamente independientes, que hoy abundan en internet, no es para
nada pura coincidencia.
Nadie se extrañe si mañana, la emisora, cuyo nombre desde hace 34
años mancilla la memoria del apóstol de la independencia cubana, se
vende, de acuerdo a los principios del viejo marketing de la mentira,
como un medio de comunicación «revolucionario y a favor del Socialismo».
No hay comentarios:
Publicar un comentario