Novela gráfica busca contar a los jóvenes atrocidades de dictadura argentina
Escrito por
Reuters
Juan Carrá e Iñaki Echeverría,
autores de la novela gráfica "ESMA" posan para una fotografía fuera de
la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en Buenos Aires, Argentina. 3
de mayo de 2019. REUTERS/Agustin Marcarian.
Una nueva novela gráfica busca acercar a los jóvenes al horror de
lo ocurrido en el emblemático centro clandestino de detención ESMA
durante la última dictadura militar argentina, a través de una crónica
ilustrada del juicio a los represores.
“ESMA”, del periodista y escritor Juan Carrá y el ilustrador y
arquitecto Iñaki Echeverría, hace referencia a la Escuela de Mecánica de
la Armada, donde se detuvo y torturó a miles de personas durante la
dictadura militar que rigió el país de 1976 a 1983 y en la que hubo unos
30.000 desaparecidos, según organismos de derechos humanos.
El libro ilustrado en lápiz negro está hilvanado por un personaje de
ficción, que es un periodista al que le toca cubrir el juicio de la
causa ESMA, una especie de alter ego de Carrá, quien realizó esa
cobertura para el medio en el que trabajaba en ese momento.
“Creemos que es un libro que apunta a contarle lo que pasó en este
lugar a las nuevas generaciones”, dijo Carrá en una entrevista reciente
con Reuters en el Museo Sitio de Memoria ESMA, donde lo presentó junto a
Echeverría.
“La idea de poder usar un lenguaje como la crónica gráfica permite
que nuevas generaciones accedan de una manera más simple, incluso más
atractiva, a lo que sucedió acá (... Queríamos) usar nuestras formas de
contar para abonar que no exista el olvido frente a lo que pasó en la
última dictadura cívico-militar”, agregó.
El juicio de la megacausa ESMA ocupa un lugar destacado en la
historia judicial argentina por el volumen de fojas que tiene el
expediente y la cantidad de víctimas que involucra, entre ellas las
monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, la joven sueca Dagmar
Hagelin y el escritor argentino Rodolfo Walsh.
METERSE EN EL BARRO
Uno de los principales desafíos que se plantearon los autores fue el de ser justos en la selección de los casos a contar, pero hay uno con el que sintieron empatía inmediata. Es la historia de una detenida desaparecida que creó una historieta de humor negro mientras estuvo en la ESMA, que es la única imagen que aparece en el libro no dibujada por Echeverría.
Uno de los principales desafíos que se plantearon los autores fue el de ser justos en la selección de los casos a contar, pero hay uno con el que sintieron empatía inmediata. Es la historia de una detenida desaparecida que creó una historieta de humor negro mientras estuvo en la ESMA, que es la única imagen que aparece en el libro no dibujada por Echeverría.
“El caso de (Lelia) Bicocca es emocionante. Para mí el humor es una
demostración de inteligencia en el ser humano y es un lugar de
resistencia (...) Pensá que estaba viviendo en el medio del infierno y
ella, a quien le decían la catequista porque era catequista, sacaba un
personaje muy irónico, con humor negro. Es algo fabuloso que como
dibujante me emociona”, dijo Echeverría.
Los autores rondan los 40 años y pertenecen a la generación de los
hijos de los detenidos desaparecidos. Si bien a ellos no les tocó
directamente la dictadura, crecieron en ese contexto y forman parte de
quienes salieron a las calles a pelear contra la impunidad y a pedir
justicia.
“Mi generación está cruzada por la dictadura, está educada por la
dictadura (...) Es una decisión política escribir un libro sobre la
ESMA, sobre el juicio a la ESMA, entonces uno se lo tiene que tomar a
pecho. Si te metés en el barro, embarrate todo lo que puedas para que
sea algo serio”, concluyó.
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