martes, 7 de mayo de 2019

Novela gráfica busca contar a los jóvenes atrocidades de dictadura argentina

Escrito por  Reuters
Juan Carrá e Iñaki Echeverría, autores de la novela gráfica "ESMA" posan para una fotografía fuera de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en Buenos Aires, Argentina. 3 de mayo de 2019. REUTERS/Agustin Marcarian. Juan Carrá e Iñaki Echeverría, autores de la novela gráfica "ESMA" posan para una fotografía fuera de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en Buenos Aires, Argentina. 3 de mayo de 2019. REUTERS/Agustin Marcarian.
Una nueva novela gráfica busca acercar a los jóvenes al horror de lo ocurrido en el emblemático centro clandestino de detención ESMA durante la última dictadura militar argentina, a través de una crónica ilustrada del juicio a los represores.
“ESMA”, del periodista y escritor Juan Carrá y el ilustrador y arquitecto Iñaki Echeverría, hace referencia a la Escuela de Mecánica de la Armada, donde se detuvo y torturó a miles de personas durante la dictadura militar que rigió el país de 1976 a 1983 y en la que hubo unos 30.000 desaparecidos, según organismos de derechos humanos.
El libro ilustrado en lápiz negro está hilvanado por un personaje de ficción, que es un periodista al que le toca cubrir el juicio de la causa ESMA, una especie de alter ego de Carrá, quien realizó esa cobertura para el medio en el que trabajaba en ese momento.
“Creemos que es un libro que apunta a contarle lo que pasó en este lugar a las nuevas generaciones”, dijo Carrá en una entrevista reciente con Reuters en el Museo Sitio de Memoria ESMA, donde lo presentó junto a Echeverría.
“La idea de poder usar un lenguaje como la crónica gráfica permite que nuevas generaciones accedan de una manera más simple, incluso más atractiva, a lo que sucedió acá (... Queríamos) usar nuestras formas de contar para abonar que no exista el olvido frente a lo que pasó en la última dictadura cívico-militar”, agregó.
El juicio de la megacausa ESMA ocupa un lugar destacado en la historia judicial argentina por el volumen de fojas que tiene el expediente y la cantidad de víctimas que involucra, entre ellas las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, la joven sueca Dagmar Hagelin y el escritor argentino Rodolfo Walsh.
METERSE EN EL BARRO

Uno de los principales desafíos que se plantearon los autores fue el de ser justos en la selección de los casos a contar, pero hay uno con el que sintieron empatía inmediata. Es la historia de una detenida desaparecida que creó una historieta de humor negro mientras estuvo en la ESMA, que es la única imagen que aparece en el libro no dibujada por Echeverría.
“El caso de (Lelia) Bicocca es emocionante. Para mí el humor es una demostración de inteligencia en el ser humano y es un lugar de resistencia (...) Pensá que estaba viviendo en el medio del infierno y ella, a quien le decían la catequista porque era catequista, sacaba un personaje muy irónico, con humor negro. Es algo fabuloso que como dibujante me emociona”, dijo Echeverría.
Los autores rondan los 40 años y pertenecen a la generación de los hijos de los detenidos desaparecidos. Si bien a ellos no les tocó directamente la dictadura, crecieron en ese contexto y forman parte de quienes salieron a las calles a pelear contra la impunidad y a pedir justicia.
“Mi generación está cruzada por la dictadura, está educada por la dictadura (...) Es una decisión política escribir un libro sobre la ESMA, sobre el juicio a la ESMA, entonces uno se lo tiene que tomar a pecho. Si te metés en el barro, embarrate todo lo que puedas para que sea algo serio”, concluyó.

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