Negocios y empresas
Monopolio de medidores de luz
Miguel Pineda
Afinales de este mes se llevará a cabo una gran licitación para la compra de medidores de luz de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y lo que se va a mostrar es si se mantiene el control de este sector por parte de Grupo Iusa de Carlos Peralta.
Don Alejo, vinculado con lo que después se llamó Grupo Atlacomulco, que construyó su emporio en Pastejé, se dedicó, entre otras cosas, a la producción de apagadores y medidores de luz. La protección que obtuvo por décadas y sus vínculos políticos le permitieron conformar un monopolio en el sector eléctrico, con precios por arriba del mercado internacional, ya que no se podían importar diversos insumos eléctricos. Así se desarrolló uno de los grupos empresariales del estado de México más importantes ligados al poder.
A lo largo del siglo XXI, el control de Iusa sobre la industria
eléctrica y, en particular, los medidores de luz ha sido muy criticado
por afectar la economía familiar e incluso la Comisión Federal de
Competencia Económica, bajo el mando de Alejandra Palacios, lleva a cabo
diversas investigaciones para sancionarlo. Sólo en 2018 firmó un
contrato con la CFE por mil 973 millones de pesos a cambio de 1.7
millones de medidores.
Ahora el poder que tiene Iusa en el sector eléctrico puede terminar, ya que, por un lado, el mercado se abrirá al mejor postor, sea nacional o extranjero, y, por otro, las relaciones de poder del Grupo Atlacomulco están muy deterioradas con la actual administración federal.
Gane quien gane la próxima licitación, lo que queda claro es que el gobierno federal tiene la intención de recortar el costo en esta compra en aproximadamente 30 por ciento y que quien ofrezca el mejor precio será el que se quedará con un negocio valorado entre 2 mil y 3 mil millones de pesos.
Ahora el poder que tiene Iusa en el sector eléctrico puede terminar, ya que, por un lado, el mercado se abrirá al mejor postor, sea nacional o extranjero, y, por otro, las relaciones de poder del Grupo Atlacomulco están muy deterioradas con la actual administración federal.
Gane quien gane la próxima licitación, lo que queda claro es que el gobierno federal tiene la intención de recortar el costo en esta compra en aproximadamente 30 por ciento y que quien ofrezca el mejor precio será el que se quedará con un negocio valorado entre 2 mil y 3 mil millones de pesos.
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