Astillero
Claudia, sola en escena // ¿Y los otros gobernadores? // Contingencia persistente // Profes rechazan
regalo
Julio Hernández López
▲ SLIM Y FELIPE GONZÁLEZ, EN PALACIO NACIONAL . El ex presidente del
Gobierno español Felipe González y Carlos Slim, a su salida del
encuentro que el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo por casi
tres horas con integrantes de la Fundación Círculo de Montevideo,
creada en 1996 para impulsar la economía de mercado, la globalización,
la apertura económica y la reforma de Estado.
Foto La Jornada
La crisis ambiental de la
Ciudad de México y su zona conurbada ha transcurrido tal como muchos
ciudadanos lo preveían, pero las autoridades gubernamentales se tardaron
en aceptar y procesar: dosificación escalonada del tráfico automotriz,
suspensión de clases en centros educativos de diverso nivel y, cuando
menos, medidas restrictivas primarias en ciertas actividades
productivas. Bueno, hasta una lluvia verdaderamente providencial se
asomó, con levedad en algunas zonas y con intensidad en otras, como si
Tláloc se hubiera condolido y hubiese enviado acuosos mensajes de
aliento.
También los dueños del futbol profesional mostraron rapidez
decisoria, pues los clubes América y León, que estaban programados para
jugar una fase de la liguilla de campeonato el miércoles, aceptaron
pasar el encuentro para el jueves en la misma Ciudad de México, y al ver
la continuidad de la crisis, determinaron trasladar el partido a
Querétaro.
Pero el plano gubernamental siguió instalado en un pasmo con
características especiales que en un programa de Radio Centro detallaron
tres periodistas concurrentes a una mesa de análisis: Alejandro Páez
Varela, Miguel Badillo y Álvaro Delgado se preguntaron no sólo por la
tardanza reactiva de la científica Claudia Sheinbaum como gobernadora de
la Ciudad de México sino, en especial, por el virtual vacío político en
que ha quedado ella, sin la presencia a título de corresponsabilidad de
los demás gobernadores de las zonas conurbadas en crisis, como Alfredo
del Mazo (estado de México), Omar Fayad (Hidalgo), Guillermo Pacheco
Pulido (interino en Puebla) y Marco Antonio Mena (Tlaxcala).
Cierto es que los cuatro gobernadores que han dejado en solitario a
Sheinbaum son priístas, pero ha sido sumamente evidente que ellos están
dispuestos a complacer cualquier interés político de la Presidencia de
la República (recuérdese al solícito Fayad en el episodio de la tragedia
huachicolera en Tlahuelilpan) y, debería suponerse, de una de
las piezas centrales del tejido político del presente y hacia el futuro,
la gobernadora morenista de la capital del país a la que, por lo demás,
tampoco ha dado especial y fraterna cobertura y apoyo explícito la
secretaria federal del medio ambiente, Josefa González Blanco Ortiz
Mena.
Los periodistas antes mencionados recordaron en el programa del grupo
radiofónico, y próximamente televisivo (en el que ayer se anunció la
designación de Juan Aguirre Abdó, de 27 años de edad, como nuevo
director general), que Morena tiene un amplio control de los congresos
de estados que forman parte de la megalópolis y de sus megaproblemas
ambientales. Desde ese dominio legislativo estatal podrían y deberían
estar impulsando acciones para ayudar a resolver el problema común que
hasta hoy sólo parece estar siendo (medio) enfrentado por la mencionada
Sheinbaum.
Claro que el tamaño de la crisis también pudo haber merecido una
convocatoria del Presidente de la República para que gobernadores,
congresos estatales, presidencias municipales y otros actores políticos
se pongan de acuerdo e inicien acciones sensatas y viables para resolver
una situación que ahoga literalmente a la mancha urbana, que en general
tan propicia es en términos electorales para el obradorismo.
Pero Claudia sigue apareciendo sola, mientras Miguel Ángel Osorio
Chong, secretario de Gobernación que fue del peñismo, denuncia, al igual
que figuras panistas y del calderonismo, que no hay recursos
suficientes para combatir los incendios y que los recortes
presupuestales han desmantelado estructuras que sirvieron para enfrentar
estas contingencias.
Entre el aire tóxico, miles de profesores de la Coordinadora Nacional
de Trabajadores de la Educación (CNTE) marcharon en la capital del país
y en otras ciudades para protestar contra la reforma obradorista de la
reforma peñista en materia educativa. El presidente López Obrador, por
su parte, aceleró los trámites del caso para promulgar tal reforma en el
mero Día del Maestro, como regalo que los profes disidentes rechazaron.
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