"Lo que hace Macri en política exterior está ordenado por EEUU"
El
presidente de Argentina, Mauricio Macri, recibió en su residencia al
autoproclamado mandatario venezolano, el líder opositor Juan Guaidó.
Así, el jefe de Estado argentino "está hipotecando una historia de
diplomacia" basada en la no injerencia en asuntos externos, dijo a
Sputnik Oscar Laborde, integrante del Parlamento del Mercosur
(Parlasur).
Tras
su paso por Brasil y Paraguay, Guaidó siguió hacia Argentina, en el
marco de su gira por los países del Grupo de Lima, que desconocen los
resultados de los comicios de mayo de 2018, en los que el pueblo
venezolano eligió a Nicolás Maduro como presidente del país.
Para Laborde, coordinador de la bancada del Frente para la Victoria-Partido Justicialista (FpV-PJ) en el Parlasur, es necesario que el presidente argentino "reflexione sobre el camino por el que va llevando" a su país en materia de relaciones exteriores, cuya tradición es "no involucrarse en los problemas internos de los países y plantear el diálogo interno". Argentina, así como México, se había caracterizado por mantener a lo largo de su historia la doctrina Estrada de no intervención en los asuntos internos. La Cancillería argentina gestó la doctrina Drago, llamada así por Luis María Drago, entonces ministro de Relaciones Exteriores del país.
Este principio de política exterior establece que ningún país puede atacar a una nación americana para cobrar una deuda. Surgió en 1902, cuando EEUU no aplicó la doctrina Monroe, que establecía que cualquier acción contra un país americano por parte de una potencia europea sería vista como una agresión a Washington.
Cuando Venezuela fue sometida a un bloqueo naval de varias potencias europeas para presionarla a pagar su pesada deuda externa, EEUU se negó a intervenir, argumentando que su doctrina solo se aplicaría si un país europeo intentara tener control territorial. Un jurista argentino, Carlos Calvo, dio origen a otra doctrina, para que las controversias con extranjeros se resolvieran en tribunales locales, sin la intervención diplomática de su nación de origen.
El combinado de estas tres doctrinas marcó la política exterior de Argentina durante buena parte de su historia. Laborde recordó también que en 1985, en un discurso histórico en los jardines de la Casa Blanca, el expresidente argentino Raúl Alfonsín (1983-1989) se negó a apoyar las intervenciones estadounidense en América Central.
Consultado sobre la coincidencia de la visita de Guaidó a Argentina el mismo día que el presidente realizó un polémico discurso de inicio de legislatura, Laborde apuntó que "habría que preguntarle a los estadounidenses".
"Lamentablemente todo lo que hace Macri en política exterior está ordenado por los estadounidenses. No tiene decisión propia no tiene juego propio. Yo fui embajador y me quedan amigos en la Cancillería que están escandalizados con este accionar", expresó.
Para Laborde, coordinador de la bancada del Frente para la Victoria-Partido Justicialista (FpV-PJ) en el Parlasur, es necesario que el presidente argentino "reflexione sobre el camino por el que va llevando" a su país en materia de relaciones exteriores, cuya tradición es "no involucrarse en los problemas internos de los países y plantear el diálogo interno". Argentina, así como México, se había caracterizado por mantener a lo largo de su historia la doctrina Estrada de no intervención en los asuntos internos. La Cancillería argentina gestó la doctrina Drago, llamada así por Luis María Drago, entonces ministro de Relaciones Exteriores del país.
Este principio de política exterior establece que ningún país puede atacar a una nación americana para cobrar una deuda. Surgió en 1902, cuando EEUU no aplicó la doctrina Monroe, que establecía que cualquier acción contra un país americano por parte de una potencia europea sería vista como una agresión a Washington.
Cuando Venezuela fue sometida a un bloqueo naval de varias potencias europeas para presionarla a pagar su pesada deuda externa, EEUU se negó a intervenir, argumentando que su doctrina solo se aplicaría si un país europeo intentara tener control territorial. Un jurista argentino, Carlos Calvo, dio origen a otra doctrina, para que las controversias con extranjeros se resolvieran en tribunales locales, sin la intervención diplomática de su nación de origen.
El combinado de estas tres doctrinas marcó la política exterior de Argentina durante buena parte de su historia. Laborde recordó también que en 1985, en un discurso histórico en los jardines de la Casa Blanca, el expresidente argentino Raúl Alfonsín (1983-1989) se negó a apoyar las intervenciones estadounidense en América Central.
"[Lo que hace Macri] es descabellado, está
hipotecando toda una historia de la diplomacia de un país importante
como Argentina. Sus decisiones tienen consecuencias. Gestionando este
tipo de entrevistas, incluso está azuzando la intervención militar,
porque el propio Juan Guaidó está planteando que llegado el caso haría
todo para salvar al pueblo de Venezuela de su situación hasta la
intervención militar", dijo Laborde.
"Al
final de todo Juan Guaidó es un diputado que salió segundo en el estado
de Vargas y que se autoproclamó presidente en una plaza. Entonces es
muy grave, creo que lo que hace es agitar las aguas y lejos de la
intención que debería tener cualquier estadista de sanar la situación
(…) Macri no lo hace", agregó.
El diputado del Parlasur indicó que él y otro grupo de personalidades
destacadas de Argentina escribieron una misiva al presidente para
explicarle esta situación y sus posibles consecuencias, así como han
pedido una cita, pero no han recibido respuesta. En el marco de esta
crítica, el dirigente del FpV-PJ expresó el "repudio absoluto" de la
reunión con Guaidó.Consultado sobre la coincidencia de la visita de Guaidó a Argentina el mismo día que el presidente realizó un polémico discurso de inicio de legislatura, Laborde apuntó que "habría que preguntarle a los estadounidenses".
"Lamentablemente todo lo que hace Macri en política exterior está ordenado por los estadounidenses. No tiene decisión propia no tiene juego propio. Yo fui embajador y me quedan amigos en la Cancillería que están escandalizados con este accionar", expresó.
"Dicen que llaman directamente de la embajada
de EEUU y le dicen de allá [qué hacer]. Cuando Guaidó cuando se
autoproclamó, que se atolondraban el gobierno de Brasil y el de
Argentina para ver quién lo reconocía primero, hubo un llamado directo
de la Embajada de EEUU", indicó.
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