¿Es América Latina un patio trasero estadounidense?
"No
somos investigadores. Somos periodistas, y nuestra función es informar
sobre los hechos tal y como nos enteramos de ellos, que es exactamente
lo que hicimos… reportar los hechos sin antes corroborarlos.”
Las
reiteradas amenazas del Gobierno estadounidense a China, Rusia, Irán y
otras naciones soberanas de no establecer relaciones con Latinoamérica,
indican una visión siquiátricamente enfermiza porque se basa en la
creencia que este continente es su propiedad privada e indiscutible y
nadie puede pisarlo sin su permiso.
Es enfermiza ya que considera que el dominio a sangre y fuego que han
tenido sobre el cono sur, Centroamérica y México, se convierte en una
medida legal y legítima, es decir, intervenir en otras naciones es un
derecho entregado por un Dios que, hasta este momento, nadie sabe dónde
está ni cuando ha manifestado semejante barbaridad.
Además de ser una forma de ver el mundo desconcertante desde la
inteligencia humana es un síntoma de una desequilibrada óptica, puesto
que significa la atribución de un poder que no lo posee ya, aunque fue
utilizado para la muerte de la democracia y la real libertad, fuera de
la realidad ya que aún no se dan cuenta que ningún país con dignidad le
permitirá seguir avasallando su territorio y su pueblo.
Uno de los ejemplos más consistentes de la estrategia de Washington
actualmente es la oscura guerra y el genocidio en Yemen donde se
experimenta armas biológicas, se negocia armamento, se elimina la niñez y
se somete a un pueblo al hambre, todo con el objeto de establecer un
terreno fértil para el terrorismo.
La posición inalterable de China ha resonado en el mundo al
manifestar que América Latina no es propiedad de EE.UU., desmintiendo lo
sentenciado por John Bolton (asesor de Seguridad Nacional de EE.UU.),
quien dijo que no toleraran la presencia de Rusia ni de China en
Venezuela. En respuesta, dos aviones militares rusos aterrizaron en el
Aeropuerto Internacional Simón Bolívar llevando a un centenar de
militares bajo la dirección del prestigioso general Vasily Tonkoshkurov,
jefe del Comando Principal de las Fuerzas Terrestres de Rusia,
demostrando claramente que, si es de enfrentarse a una intervención
estadounidense, éstos tendrán que sufrir las consecuencias igual que en
Vietnam, Siria y en todos los lugares donde han sido derrotados.
Por su parte, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajarova, en
su cuenta de Facebook ha escrito: “Quisiera recordarle a John Bolton
que, si un país grande del hemisferio occidental deja de acosar mediante
sanciones al pueblo de Venezuela, y un segundo país del hemisferio
oriental y toda una serie de estructuras bancarias desbloquean los miles
de millones de dólares venezolanos de sus cuentas, los propios
venezolanos podrán comprarse medicamentos y alimentos sin la ayuda del
bondadoso Washington”.
Cuba, después de derrotar a Estados Unidos, ha demostrado que
Latinoamérica no es el patio trasero de Donald Trump ni de ningún
dictador norteamericano o europeo. Por el contrario, los pueblos dignos
se oponen a los regímenes militares como el reconocido genocidio en
Chile y Argentina con el apoyo del Norte sangriento y la Escuela de Las
Américas, conocido centro de torturas, asesinato y desaparición de
líderes consecuentes y soberanistas.
La conclusión final es que China ha defendido la cooperación amistosa
con otros países y sustentado el principio de relación autónoma de los
pueblos donde cualquier nación debe resolver sus problemas por obra de
sus propios ciudadanos. Rusia y China subrayan que mantendrán su
cooperación con el Gobierno de Venezuela independientemente de lo que
suceda tras la intentona golpista.
Desafortunadamente para la oposición violenta y las agencias de las
élites transnacionales, Guaidó ha resultado un fiasco pues no ha tenido
ni la presencia internacional que se creía ni el efecto interno
desestabilizando a la sociedad bolivariana. Sólo ha sido un muñeco y
ventrílocuo de los sectores amantes de la guerra y la venta de
armamento, los que siempre se benefician de los conflictos armados.
Ni siquiera la bocaza de Trump asegurando que todas las opciones están
sobre la mesa para sacar a Rusia de Venezuela ha servido: primero deben
salir de todos los países donde han destruido a sus pueblos.
Se hace urgente que las bases militares de Estados Unidos en
Latinoamérica (más de 75), sean despedidas. De no ocurrir, significa una
ocupación militar clara que desconoce la Constitución de esas naciones.
Si sus presidentes no actúan con vergüenza patria sólo demuestran su
inclinación ante otros personajes que los conminan a obedecer,
demostrando su sumisión ideológica y espiritual.
Como un corolario sarcástico y veraz, se dice que si Venezuela sólo
produjera hortalizas no tendría ningún conflicto político. Lo contrario,
al tener riquezas minerales destacadas (petróleo, oro, diamantes,
coltan), utilizables en la carrera nuclear incluso, se ha convertido en
un punto de interés y destrucción con el fin de apoderarse de dichas
riquezas. Sin embargo, todo parece indicar que la soberanía se mantendrá
incólume, pese a los inmensos odios que se engendra en los medios
occidentales.
Aunque es cierto que existen en América Latina gobiernos obedientes e inclinados, afortunadamente
para la Humanidad el mundo ha dejado de ser una colonia de EE.UU. y,
por tanto, el aire que se respira es mucho más puro. Cuando la clase
dirigente estadounidense y transnacional comprenda que las relaciones de
cooperación y solidaridad son las mejores herramientas de desarrollo,
hasta el universo descansará en paz.
Jeff Zucker, jefe de la cadena CNN.
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