La deuda del Estado colombiano con los "niños soldado": ¿Por qué se abre el caso No. 007?
Publicado: 28 mar 2019 23:29 GMT
La incorporación de menores de edad a grupos
armados en Colombia fue parte vital del conflicto armado. Después del
acuerdo entre el Gobierno y las FARC, la Justicia de Paz ahora busca
reparación.
En los 61 años de conflicto armado en Colombia, el Estado colombiano tiene una deuda histórica con uno de los grupos más vulnerables: las niñas y niños que fueron reclutados por la guerrilla, los paramilitares y las fuerzas de seguridad gubernamentales.
Los llamados "niños soldado",
menores de 18 años que son obligados u orillados a ser partícipes en un
conflicto armado, desconocen casi siempre las implicaciones de la
guerra que pelearán, pero las secuelas que les deja esta experiencia los
marca de por vida.
"A través de la historia de
la humanidad, las guerras generalmente se dan con niños y con jóvenes:
ellos son la carne de cañón", dice en entrevista Guillermo González Uribe, autor de 'Los niños de la guerra'.
El periodista colombiano entrevistó
a una decena de niñas y niños que fueron reclutados por la guerrilla y
por fuerzas paramilitares en Colombia. En el libro, no hay historia
relatada sin rastros de abuso, abandono, violencia y falta de oportunidades.
Los niños en el conflicto
En el informe 'Guerra
sin edad', el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) documenta que
en el conflicto armado colombiano la mayoría de niñas, niños y
adolescentes no fueron reclutados "a través de la fuerza o la coacción".
"La base revela que 40% del total (16.879 casos registrados) se dio bajo la modalidad de persuasión", refiere el informe.
Sin embargo, pese a ser víctimas, y en algunos casos también victimarios
en el conflicto —al ser orillados a cometer crímenes por parte de la
guerrilla o los paramilitares—, muchos niños se incorporaron a estos
grupos para huir de la violencia en casa o en el pueblo, en territorios con muy poca presencia del Estado.
"Estas
niñas y niños viven en zonas controladas por grupos armados, donde no
ha habido presencia del Estado", explica González. Casi siempre es en el
campo, en las zonas rurales, donde, en el mejor de los casos, es el
brazo del Ejército el único que llega.
"Son
familias que no tienen para darle educación, salud, ni nada a los
niños. Ven pasear todo el tiempo gente en la calle, paramilitares o
guerrilleros, entonces, para estos niños, la única posibilidad de vida
es ingresar a un grupo armado", agrega.
Acceso a las armas
En este contexto, el acceso a las armas es otro de los factores que atraen a las niñas y niños.
Un informe
del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la
Defensoría del Pueblo sobre las características del reclutamiento de
menores en el conflicto refiere que 52% de los entrevistados se siente
atraído "por las armas y el uniforme", así como por los "medios que utilizan dichas organizaciones para lograr sus fines".
"Los
grupos ilegales no solo utilizan el reclutamiento forzoso sino que, a
fin de reclutar inclusive menores de edad, hacen proselitismo, utilizan a los propios niños para atraer a otros;
les prometen protección y dinero, a ellos y a sus familias; los seducen
al ofrecerles armas y permitirles participar en el dominio de pueblos y
regiones completas", se desprende del informe.
El Caso No. 007
Para investigar el reclutamiento y utilización de niñas, niños y adolescentes en el conflicto armado colombiano, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)
—el Tribunal que investiga los crímenes de las extintas Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP)— abrió el Caso No. 007.
Según
anunció la JEP el pasado 6 de marzo, con la apertura de este caso
buscan investigar las conductas cometidas presuntamente por miembros
FARC-EP, entre el 1 de enero de 1971 y el 1 de diciembre de 2016.
La
Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de Determinación
de los Hechos y Conductas (SRVR) investigará los abusos de la guerrilla
durante el reclutamiento de niños y niñas, como la violencia y esclavitud sexual;
la planificación y abortos forzados; la imposición de trabajos
incompatibles con su condición de niños; la limitación a su libertad
para abandonar las filas; así como la imposición de castigos o penas
crueles, inhumanas o degradantes, que van desde trabajos forzados hasta
fusilamientos.
¿Cuántos niñas y niños reclutados?
Las
distintas fuentes que cuantifican el fenómeno del reclutamiento de
menores difieren, pero el Centro Nacional de Memoria Histórica estima que 17.778 niñas, niños y adolescentes fueron reclutados y utilizados por los grupos armados, legales e ilegales, en los últimos 60 años en Colombia.
De acuerdo con el Observatorio de Memoria y Conflicto, 4.857 niñas, niños y adolescentes fueron reclutados y armados por las guerrillas y 1.581 por los paramilitares. Los responsables de captar a 11.028 menores de edad son grupos no identificados o desconocidos.
En este escenario, la JEP informó que el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes "cuenta con un elevado nivel de impunidad en el país, con apenas diez sentencias condenatorias en la justicia ordinaria".
Desmovilización y reintegración
El
Estado colombiano ha apoyado la reintegración a la sociedad de niñas y
niños que formaron parte del conflicto armado, a través de un programa de atención especializada del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
En
estos procesos de integración familiar, social y comunitaria, también
se les brinda escolarización, preparación para el trabajo, pleno acceso
al servicio de salud y obtención de los documentos de identidad, de
acuerdo con el instituto.
Según los datos proporcionados por el ICBF, entre 1999 y 2018, se atendieron 6.570 niñas, niños y adolescentes que se desvincularon de los grupos armados, para ayudarlos a reintegrarse a la vida civil.
De estos, el 60% formaron parte de las FARC; 17% del Ejército de Liberación Nacional (ELN); 16% de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC);
el resto se divide entre las Bandas Emergentes de Colombia (BACRIM), el
Ejército Popular de Liberación (EPL), el Ejército Revolucionario
Guevarista (ERG), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y otros
grupos.
Desmovilización de paramilitares
El número de
desmovilizados de los paramilitares es bajo, no solo porque un menor
número de infantes fueron reclutados por estos grupos, en comparación
con las FARC, sino porque los niños bajo las filas de la AUC quedaron "a
su suerte" en el proceso de desmovilización.
Julián Aguirre, quien fuera el coordinador del Grupo de Atención a
Niños Víctimas del Conflicto, dentro del ICBF, contó al periodista
Guillermo González que de los 36.000 paramilitares desmovilizados de la AUC, solo entregaron a 400 niñas, niños y adolescentes, pese a que se estimaba que 4.000 menores eran parte de las filas de este grupo.
Según
Aguirre, los paramilitares deseaban que la desmovilización de estos
niños se diera como un principio de buena voluntad y no bajo el acuerdo
que firmó la AUC con el Gobierno colombiano (2003), ya que la Corte
Penal Internacional había establecido que el reclutamiento de menores era un delito de lesa humanidad.
Las causas estructurales
En
espera del proceso que abrió la JEP, los esfuerzos del Estado
colombiano en la reintegración de las niñas, niños y adolescentes
podrían no ser suficientes si no se atienden las causas estructurales, como la pobreza y la falta de educación y salud, según especialistas.
"Mientras
esos niños no tengan alternativas de estudio, de salud, de vivienda,
pues va a ser muy complejo porque van a seguir ingresando a grupos
armados, que son la única alternativa que tienen, casi de
supervivencia", explica González.
José Luis Beltrán
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