American curios: Los sabios
Escrito por
David Brooks/La Jornada
Decenas de miles de niños y jóvenes
en más de 50 países tienen programado realizar una huelga escolar el 15
de marzo, para exigir a los políticos que aborden la crisis del cambio
climático y emprendan acciones ya. Foto tomada de Fridays for Future
Los niños y los jóvenes están llegando al rescate de los adultos
que la están regando, poniendo en riesgo mortal y moral a sus sociedades
y al planeta.
Les piden que dejen de portarse de manera infantil y asuman eso que dicen querer enseñar a los menores de edad: responsabilidad.
El 15 de marzo, decenas de miles de niños y jóvenes en más de 50
países, incluidos Estados Unidos y México, tienen programada una huelga
escolar para exigir a los políticos que aborden la crisis del cambio
climático aquí y ahora.
Inspirados por una jovencita sueca, Greta Thunberg, ahora de 16 años,
quien solita desde agosto de 2018 empezó a abandonar su escuela cada
viernes para protestar frente al Parlamento de su país con una pancarta
en la cual se leía: "huelga escolar por el clima", decenas de miles de
estudiantes en cada vez más países se han sumado al movimiento
descentralizado y encabezado sólo por jóvenes.
En enero, Thunberg viajó a Davos, donde acusó en su cara a
multimillonarios, empresarios y políticos reunidos ahí de saber
exactamente "los valores sin precio que han estado sacrificando para
continuar ganando montos inimaginables de dinero". Y les advirtió: “yo
no quiero su esperanza… Quiero que entren en pánico. Quiero que sientan
el pánico que yo siento cada día. Y después quiero que actúen”.
Semanas antes, Thunberg tomó el podio en una conferencia mundial
sobre cambio climático de la ONU, donde declaró: "ustedes dicen que aman
más que todo a sus hijos, pero les están robando su futuro frente a sus
propios ojos". Y acusó: "ustedes no son lo suficientemente maduros para
decir las cosas como son".
Cuando la primera ministra británica, Theresa May, y otros políticos
los criticaron por no ir a clases, la sueca respondió: "si ustedes
piensan que deberíamos estar en la escuela, entonces sugerimos que
ustedes tomen nuestro lugar en las calles". Jonas Kampus, otro activista
en Suiza, respondió a estas críticas que "estudiar por un futuro que no
existirá, no tiene sentido". A pesar de que no pueden expresarse por
medio del voto por ser menores de edad, advierten que se harán escuchar
de otras maneras.
“Somos el futuro sin voz de la humanidad… No aceptaremos una vida de
temor y devastación. Tenemos derecho a vivir nuestros sueños y
esperanzas… Ahora haremos escuchar nuestras voces. El 15 de marzo
protestaremos en cada continente… Vamos a cambiar el destino de la
humanidad les guste o no”, escribieron unos 150 estudiantes del nuevo
movimiento en una carta colectiva publicada primero en The Guardian.
“Demandamos que los que toman decisiones en el mundo asuman responsabilidad y resuelvan esta crisis. Nos han fallado en el pasado… la juventud de este mundo ha empezado a moverse y ya no nos quedaremos quietos”, advierten.
“Demandamos que los que toman decisiones en el mundo asuman responsabilidad y resuelvan esta crisis. Nos han fallado en el pasado… la juventud de este mundo ha empezado a moverse y ya no nos quedaremos quietos”, advierten.
Thunberg aparentemente fue inspirada por los estudiantes de la prepa
en Parkland, Florida, quienes después de que 14 de sus compañeros y tres
trabajadores murieron en un tiroteo masivo en febrero de 2018,
detonaron un movimiento sin precedente de jóvenes contra la violencia
por armas de fuego: March for Our Lives. Ahora, uno de los líderes más
destacados de ese esfuerzo, David Hogg, acaba de invitar a sus
seguidores en Twitter –casi un millón– a sumarse a las huelgas escolares
contra el cambio climático.
En Estados Unidos, el Sunrise Movement, también conformado por
jóvenes, ha emprendido acciones directas en el Congreso y por todo el
país exigiendo acción de los políticos ahora, impulsando el New Deal
Verde, en colaboración con legisladores nuevos, como Alexandria
Ocasio-Cortez, la congresista más joven.
Como siempre, los jóvenes siembran la esperanza al desafiar a
aquellos adultos que les dicen cómo pensar y actuar, y que les tratan de
explicar la supuesta neta sobre "la realidad", cómo hay que aceptar los
límites de lo posible y los invitan a aceptar la desilusión, disfrazada
de sabiduría adulta. Pero ahora el futuro depende de escuchar la
sabiduría antigua de los más jóvenes.
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