jueves, 28 de junio de 2018

Andrés Manuel López Obrador, el candidato mexicano de izquierda para la presidencia de país

López Obrador es un "paladín contra la pobreza" capaz de sacrificar libertades

© REUTERS / Edgard Garrido
Entrevistas
Víctor Flores García
 
CIUDAD DE MÉXICO (Sputnik) — Andrés Manuel López Obrador, favorito a ganar las elecciones presidenciales en México, es un paladín de la lucha contra la pobreza y la corrupción, pero capaz de sacrificar algunas libertades democráticas, dijo a Sputnik el autor de la biografía "AMLO 2018 ¿presidente?", José Antonio Crespo.
"Es alguien que se toma muy en serio la agenda social, el combate a la desigualdad y la pobreza, que coincide con el compromiso social del candidato, pero su estilo centralista de gobernar puede sacrificar algunas libertades democráticas", dijo Crespo, académico del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
Al mismo tiempo, López Obrador es un "profundo admirador del cardenismo", comentó.
Resulta lógico, entonces, que fuera parte del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) desde su fundación, dijo en referencia a la corriente política creada el general Lázaro Cárdenas, presidente de México (1934-1940) que nacionalizó el petróleo y consumó la reforma agraria contra los latifundios.

Al igual que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) original, que gobernó 71 años desde el fin de la Revolución Mexicana hasta 2000, para recuperar la presidencia con Enrique Peña Nieto en 2012, "el cardenismo puede llevar a desestimar algunos aspectos de la democracia, con tal de sacar adelante la agenda social mediante la centralización del poder, como argumentaba el viejo PRI", opinó Crespo.
El hijo del expresidente Cárdenas, Cuauhtémoc Cárdenas (84 años), considerado "líder moral de la izquierda", se fue del PRI en 1988 y tras perder las elecciones de ese año, en las que denunció un fraude electoral, fundó el PRD, partido que lo postularía otras dos veces, en 1994 y 2000. 
Cárdenas y López Obrador ganaron con el PRD las elecciones a jefe de Gobierno de la Ciudad de México 1997 y 2000 respectivamente.

AMLO, siglas del nombre de López Obrador, tomó la estafeta como abanderado presidencial del PRD en 2006 y 2012, hasta que abandonó también esa formación, para registrar su propio partido en 2014, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena, izquierda).
"Se trata de una mentalidad muy firme dentro del PRI autoritario original, que sacrificó libertades democráticas en aras de una agenda social que es su prioridad", explicó Crespo.
Entre esas libertades democráticas centrales, que la sociedad civil y los intelectuales progresistas han adelantado en las últimas dos décadas, el autor mencionó "las instituciones que deben ser autónomas e independientes del presidente de turno".
Por ejemplo, los titulares de las fiscalías federal y anticorrupción, o las autoridades electorales y defensoras de derechos humanos.
Esta inclinación se pone de manifiesto en que para ocupar esos cargos, AMLO propone únicamente gente cercana a él.

Por ejemplo, AMLO ha mencionado a su jefa de campaña, Tatiana Clouthier, como posible fiscal anticorrupción o a una leal politóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México, Irma Sandoval, para la Secretaría de la Función Pública, que vigila el desempeño de los funcionarios.
"Al privilegiar a figuras cercanas a su entorno, AMLO también ha expresado en entrevistas que le tiene desconfianza a los actores de la sociedad civil, porque algunos organismos ciudadanos están vinculados a sectores empresariales", prosiguió Crespo.
Su consigna es "o están conmigo o con la mafia del poder, una idea en la que él cree firmemente, una dualidad maniquea que está en contra de la pluralidad y la autonomía de las instituciones, y sus seguidores así lo creen, no es un mero discurso electoral", aseguró.
Coalición variopinta
En la configuración de su entorno, se destacan algunas figuras cuestionadas en el pasado por corrupción o fraudes electorales, antiguos neoliberales, feroces adversarios de la izquierda y líderes conservadores.
"Los pecados políticos del pasado son absueltos cuando alguien con pasado oscuro se acerca y somete al líder", comentó el autor.
Así, algunas figuras a quienes el mismo López Obrador acusó de ser corruptas, "han sido exoneradas al momento de sumarse a sus filas", dijo.
En sus dos campañas presidenciales anteriores, AMLO no aceptó en sus filas a ningún corrupto o neoliberal.
"Ahora pasó al pragmatismo abierto de recibir a quien sea, siempre y cuando ayude a su causa", señaló.
El escritor se refirió a antiguos líderes del PRI o a personajes defenestrados de la derecha, como Germán Martinez Casares y Manuel Espino, que fueron presidentes del Partido Acción Nacional (PAN), con un acentuado talante de derecha y enemigos de las izquierdas, pero que están hoy con el favorito en las encuestas.

Crespo nombró asimismo al senador Manuel Bartlett, ministro del Interior en las elecciones de 1988 a quien Cárdenas y el PRD acusaron de ser el arquitecto de un burdo fraude electoral a favor de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).
El autor se refirió también a empresarios como Alfonso Romo, quien fue muy crítico de AMLO, pero ahora es responsable de tender puentes con las elites empresariales, o Esteban Moctezuma, quien fue ministro de Interior y Desarrollo Social de Ernesto Zedillo (1994-2000), propulsor del neoliberalismo.
Llama la atención de los analistas la controvertida alianza de AMLO con el evangélico Partido Encuentro Social, que defiende una agenda conservadora y contraria al progresismo en temas como el aborto y los derechos de los homosexuales.
"Ese pequeño partido apoyó al PRI en las elecciones del superpoblado estado de México y sus votos fueron cruciales para que la mafia del poder" impidiera el triunfo de Morena en las reñidas elecciones del año pasado, comentó Crespo.
Finalmente, en materia de política exterior, las "respuestas de AMLO son evasivas", lamentó.
La impresión que dejó en la campaña es que "no tiene claro cómo hará frente al presidente Donald Trump, y se limita a hablar de un diálogo para convencerlo", más allá de sumarse a la condena generalizada a la separación de niños de sus padres migrantes en EEUU, dijo Crespo.
En cuanto a las relaciones con el resto de América Latina, "aparte de un deslinde que hizo con respecto a Venezuela y el presidente Nicolás Maduro, busca no definirse abiertamente ante los regímenes personalistas, a los que muchos importantes líderes de Morena han exaltado, con los que tienen lazos de amistad y comparten ideales", puntualizó.

El objetivo de esa ambivalencia, estimó el autor, es no generar desconfianza entre los electores, ante los cuales esos gobiernos han perdido todo prestigio.
Su fórmula termina "amparándose en el antiguo principio de no intervención", enfoque que en materia de defensa de los derechos humanos y libertades civiles ha sido rebasado en instancias internacionales como Naciones Unidas y el sistema interamericano.
El portal Oraculus, que realiza una "encuesta de encuestas" ponderando decenas de estudios, otorga a López Obrador 50% de intención de voto, frente a 27% para Anaya y 20% para el oficialista José Antonio Meade, mientras le da solo 3% al independiente Jaime Rodríguez Calderón. 

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