Publicado 29 octubre 2016 (Hace 3 horas 38 minutos)
Huyeron de sus países para salvar sus vidas de la guerra y la violencia generada por Occidente, especialmente en Siria, sin embargo, luego de registrarse en algún país europeo, miles de niños han desaparecido sin dejar rastro.
Se trata de unos 10 mil niños refugiados y migrantes no acompañados, según la Oficina Europea de Policía (Europol), que advierte que la cifra podría aumentar, debido a que son blancos fáciles para las redes de trata de personas y otras organizaciones criminales.
Los niños refugiados desaparecidos podrían ser víctimas de abusos sexuales, de trabajo esclavo e incluso al tráfico de órganos, una realidad muy diferente a la esperanza que los llevó a subir a botes sobrecargados de personas y enfrentarse a un viaje por el Mar Mediterráneo, una de las rutas marítimas más peligrosas del mundo.
Uno de los escenarios que parece menos aterrador sobre el destino de estos niños refugiados fue denunciado recientemente y se trata de la explotación laboral que marcas españolas como Zara y Mango o las británicas Marks & Spencer y Asos emplean contra estos menores subcontratados en Turquía para trabajar más de 12 horas al día, sin condiciones de seguridad y por un pago de 1,12 euros (2 dólares) la hora.
En 2015, casi 90 mil menores solos llegaron a Europa. Este año, la cifra de niños desaparecidos asciende a 10 mil provenientes de Siria, Afganistán, Eritrea y otras naciones en conflicto. Entretanto, las autoridades de la Unión Europea (UE) parecen no alarmarse ni muestran intenciones de modificar la Convención de Dublín, que determina los procedimientos a seguir por los Estados miembros para examinar las solicitudes de asilo y que expone a estos menores a la desaparición.
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