Cumple 100 años el historietista argentino que se enfrentó a las dictaduras
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Héctor
Germán Oesterheld es uno de los guionistas de historietas más
destacados de la historia argentina. Su creación El Eternauta, la
historieta que incitaba a la resistencia contra la invasión alienígena,
le valió la persecución de la última dictadura (1976-1983), que lo
secuestró y asesinó en 1978.
Héctor Germán Oesterheld
había obtenido el título de geólogo en la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales de la Universidad de Buenos Aires pero su vocación era la
escritura. Mientras estudiaba se ganaba la vida como corrector y, apenas
pudo, comenzó a publicar cuentos y artículos en periódicos de la
capital argentina.
Si bien publicaba cuentos desde 1943, sus primeros guiones de historieta llegaron en 1951. La revista 'Cinemisterio' le abrió las puertas de la ciencia ficción al publicarle los cómics Alan y Crazy, Lord Commando y Ray Kitt. También publicó cuentos del mismo género para la revista 'Más Allá'.
Se afianzó definitivamente como guionista de historietas con las obras Bull Rocket, sobre un piloto de pruebas devenido en investigador, y Sargento Kirk, protagonizada por un hombre que llega al lejano oeste escapando de la guerra pero que, obviamente, terminará enfrentado a gran variedad de aventuras.
El éxito de Oesterheld como guionista era cada vez mayor y no tardó en madurar la idea de su propia editorial. Así nació Frontera, fundada en 1957 por Héctor Germán y su hermano Jorge, que comenzó a publicar las revistas 'Hora Cero', 'Hora Cero Semanal' y 'Frontera'.
Fue en 'Hora Cero Semanal' que, en 1957, apareció el primer número de El Eternauta, la historieta que consolidaría la fama de Oesterheld y, al mismo tiempo, lo llevaría a la muerte.
El argumento giraba en torno a una invasión extraterrestre que arrasaba la Tierra y ponía en riesgo la supervivencia de la especie humana. El protagonista era Juan Salvo —el primero de los personajes importantes de Oesterheld con nombre hispano—, un hombre común que se percata de la invasión mientras juga al truco, un juego de cartas muy popular en Argentina, con sus amigos Favalli, Lucas y Polsky.
La historia ocurre en Buenos Aires y durante su
transcurso alude a varias locaciones importantes de la ciudad, a través
de las cuales la 'resistencia' conformada por los sobrevivientes a la
nieve mortal debe moverse.
Poco a poco van identificando a los responsables de la invasión. Primero se encuentran con 'cascarudos' gigantes que en realidad son controlados por los 'manos', unos seres humanoides de muchos dedos. Si bien al principio piensan que 'los manos' son los verdaderos responsables de la invasión, acaban concluyendo que ellos también están siendo controlados por otros seres superiores.
Se trata de los 'ellos', alienígenas 'sin forma' que no se muestran y que, gracias a su avanzada tecnología, lograron conquistar el planeta de los 'manos', originalmente pacíficos, para dominarlos y obligarlos a trabajar. Para controlarlos, les instalan una "glándula del terror" en su interior, desde la que los envenenan en caso de que se rebelen.
El mundo planteado por Oesterheld en El Eternauta es comúnmente interpretado como una metáfora de los Gobiernos dictatoriales que había sufrido Argentina. La primera etapa de la historieta, de hecho, coincide con el Gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu (1955-1958).
En efecto, el rechazo de los Gobiernos dictatoriales argentinos hacia la historieta fue una constante. Una nueva versión de la historieta destinada a ser publicada en la revista Gente a partir de 1969 fue censurada por la dictadura de Juan Carlos Onganía (1966-1970). El Gobierno de la época rechazaba un agregado al guión en que las superpotencias de la Tierra habían "entregado" a América del Sur a los extraterrestres a cambio de salvarse.
En 1976 apareció El Eternauta II, escrita por Oesterheld desde la clandestinidad y apenas un año antes de ser secuestrado por el 'Proceso de Reorganización Nacional' (1976-1983).
El autor había ingresado a la clandestinidad en 1976 luego de adherir a 'Montoneros',
una organización armada contraria a la dictadura de la época. Su
participación como encargado de prensa de la organización, y el
creciente compromiso político en sus obras, lo convirtieron en un
objetivo de la Alianza Anticomunista Argentina (conocida como 'Triple A'), que lo secuestró el 27 de abril de 1977 en la ciudad de La Plata.
Se sabe que estuvo detenido en los centros clandestinos de detención conocidos como 'El Vesubio' y 'El Sheraton'. Allí permaneció recluido hasta 1978, cuando fue asesinado
mientras estaba cautivo. Testimonios de otros reclusos dan cuenta de
que el estado de salud del historietista era muy débil durante su
detención.
La dictadura argentina también se encargó de asesinar a las cuatro hijas del guionista, dos de ellas incluso mientras estaban embarazadas. También fueron asesinados tres yernos de Oesterheld.
Si bien publicaba cuentos desde 1943, sus primeros guiones de historieta llegaron en 1951. La revista 'Cinemisterio' le abrió las puertas de la ciencia ficción al publicarle los cómics Alan y Crazy, Lord Commando y Ray Kitt. También publicó cuentos del mismo género para la revista 'Más Allá'.
Se afianzó definitivamente como guionista de historietas con las obras Bull Rocket, sobre un piloto de pruebas devenido en investigador, y Sargento Kirk, protagonizada por un hombre que llega al lejano oeste escapando de la guerra pero que, obviamente, terminará enfrentado a gran variedad de aventuras.
El éxito de Oesterheld como guionista era cada vez mayor y no tardó en madurar la idea de su propia editorial. Así nació Frontera, fundada en 1957 por Héctor Germán y su hermano Jorge, que comenzó a publicar las revistas 'Hora Cero', 'Hora Cero Semanal' y 'Frontera'.
Fue en 'Hora Cero Semanal' que, en 1957, apareció el primer número de El Eternauta, la historieta que consolidaría la fama de Oesterheld y, al mismo tiempo, lo llevaría a la muerte.
El argumento giraba en torno a una invasión extraterrestre que arrasaba la Tierra y ponía en riesgo la supervivencia de la especie humana. El protagonista era Juan Salvo —el primero de los personajes importantes de Oesterheld con nombre hispano—, un hombre común que se percata de la invasión mientras juga al truco, un juego de cartas muy popular en Argentina, con sus amigos Favalli, Lucas y Polsky.
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AP Photo / Chris Pizzello
Poco a poco van identificando a los responsables de la invasión. Primero se encuentran con 'cascarudos' gigantes que en realidad son controlados por los 'manos', unos seres humanoides de muchos dedos. Si bien al principio piensan que 'los manos' son los verdaderos responsables de la invasión, acaban concluyendo que ellos también están siendo controlados por otros seres superiores.
Se trata de los 'ellos', alienígenas 'sin forma' que no se muestran y que, gracias a su avanzada tecnología, lograron conquistar el planeta de los 'manos', originalmente pacíficos, para dominarlos y obligarlos a trabajar. Para controlarlos, les instalan una "glándula del terror" en su interior, desde la que los envenenan en caso de que se rebelen.
El mundo planteado por Oesterheld en El Eternauta es comúnmente interpretado como una metáfora de los Gobiernos dictatoriales que había sufrido Argentina. La primera etapa de la historieta, de hecho, coincide con el Gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu (1955-1958).
En efecto, el rechazo de los Gobiernos dictatoriales argentinos hacia la historieta fue una constante. Una nueva versión de la historieta destinada a ser publicada en la revista Gente a partir de 1969 fue censurada por la dictadura de Juan Carlos Onganía (1966-1970). El Gobierno de la época rechazaba un agregado al guión en que las superpotencias de la Tierra habían "entregado" a América del Sur a los extraterrestres a cambio de salvarse.
En 1976 apareció El Eternauta II, escrita por Oesterheld desde la clandestinidad y apenas un año antes de ser secuestrado por el 'Proceso de Reorganización Nacional' (1976-1983).
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Foto : El Eternauta
Fragmento de 'El eternauta' de Héctor Germán Oesterfeld y Francisco Solano López
La dictadura argentina también se encargó de asesinar a las cuatro hijas del guionista, dos de ellas incluso mientras estaban embarazadas. También fueron asesinados tres yernos de Oesterheld.
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