Astillero
Tabasco: iniciativa de cárcel a protestas // Proteger proyectos desarrollistas //
Extorsiones, el argumento // Alfaro: diazordacismo
Julio Hernández López

▲ En la tercera subasta que se realizó en el Complejo Cultural Los
Pinos, y después de casi 4 horas y media de actividades, se lograron
vender 110 lotes de joyas y quedaron desiertos 38. El gobierno obtuvo
alrededor de 10.3 millones de pesos, menos de mitad respecto de los 21
millones de pesos que pretendía conseguir.
Foto Marco Peláez
Como en Baja California, con
la indefendible pretensión de extender el mandato de Jaime Bonilla
Valdez, de dos a cinco años, los directivos de Morena se entrampan en un
tema que contradice la esencia de ese partido-movimiento y que
contrasta penosamente la historia de lucha social de una izquierda que
ha tenido diversas denominaciones electorales, con su arribo al poder
desde el cual ahora pretende castigar lo que antes se practicaba y
reivindicaba.
La nueva equivocación del mando morenista se produce en la tierra
natal de su máximo dirigente, Andrés Manuel López Obrador, donde
nuevamente ha ganado la gubernatura (un sexenio atrás lo había logrado
con un candidato de acendrado priísmo resistente a renuncias de
credencial, Arturo Núñez Jiménez, aunque luego hubo un serio
distanciamiento entre ellos por fricciones operativas). Y, ahora, con
Adán Augusto López Hernández como carta que antes jugó en las mesas del
PRI (fue coordinador de campaña electoral de Manuel Andrade, candidato
de Roberto Madrazo Pintado a su sucesión en el gobierno tabasqueño) y
del PRD (fue legislador federal a nombre del sol azteca).
Los laboratorios de exploración de la opinión pública sobre temas delicados (la relección, en Baja California) tienen en Tabasco una edición especial. Se busca castigar con cárcel formas de protesta que antes practicaron distintos movimientos sociales, en algunos casos regionales bajo el liderazgo del ahora Presidente de la República. Ya en el poder, el morenismo busca etiquetar de manera negativa esas peculiares y siempre imperfectas formas de lucha, invocando la tesis de que ahora se trataría de formas de extorsión política y económica por parte de sindicatos, organizaciones y agrupaciones varias.
Aun cuando en la iniciativa, que ya ha sido dictaminada por la correspondiente comisión del Congreso de Tabasco se mezcla una propuesta de un diputado priísta, es ineludible la responsabilidad política del morenismo en el paso que se pretende dar hoy en el pleno de ese Congreso: el propio gobernador morenista López Hernández presentó la iniciativa que realmente se está atendiendo, es morenista la mayoría decisoria de la comisión antes mencionada y es mayoría también el morenismo en el Congreso local.
Los laboratorios de exploración de la opinión pública sobre temas delicados (la relección, en Baja California) tienen en Tabasco una edición especial. Se busca castigar con cárcel formas de protesta que antes practicaron distintos movimientos sociales, en algunos casos regionales bajo el liderazgo del ahora Presidente de la República. Ya en el poder, el morenismo busca etiquetar de manera negativa esas peculiares y siempre imperfectas formas de lucha, invocando la tesis de que ahora se trataría de formas de extorsión política y económica por parte de sindicatos, organizaciones y agrupaciones varias.
Aun cuando en la iniciativa, que ya ha sido dictaminada por la correspondiente comisión del Congreso de Tabasco se mezcla una propuesta de un diputado priísta, es ineludible la responsabilidad política del morenismo en el paso que se pretende dar hoy en el pleno de ese Congreso: el propio gobernador morenista López Hernández presentó la iniciativa que realmente se está atendiendo, es morenista la mayoría decisoria de la comisión antes mencionada y es mayoría también el morenismo en el Congreso local.
El gobernador López Hernández es inequívocamente obradorista y parte
importante del eje Chiapas-Tabasco, suministrador de cuadros políticos
para el gobierno federal en funciones, como durante el peñismo lo fueron
los estados de México e Hidalgo. Hermana de Adán Augusto es Rosalinda
López Hernández, esposa de Rutilio Escandón, gobernador de Chiapas. La
boda de Rosalinda y Rutilio tuvo como testigos a los gobernadores de esa
fecha en Tabasco, Núñez Jiménez, y de Chiapas, Manuel Velasco Coello, y
el brindis estuvo a cargo de la zacatecana Amalia García. Rosalinda es
actualmente administradora general de Auditoría Fiscal del Servicio de
Administración Tributaria (SAT), con un poder de segunda de a bordo que
en realidad puede tener más comunicación directa con el presidente de la
República que la directora general, Margarita Ríos Farjat, regiomontana
promovida al puesto por el jefe de una facción menos influyente, la
encabezada por Alfonso Romo.
La aparición en escena de este tema fue reforzada por un discurso
dominical de AMLO en el que pintó un límite a las protestas que implican
bloqueos o alteraciones del curso gubernamental, lo cual es, en el
fondo, el tema real: el obradorismo busca endurecer las leyes para
enfrentar protestas diversas que sobre todo en el sur del país, pero no
sólo ahí, irán subiendo de tono; en Tabasco, contra la construcción de
la refinería de Dos Bocas.
En Jalisco, mientras tanto, el gobernador Enrique Alfaro se investía
de un diazordacismo temprano al ordenar la represión abierta a
estudiantes que protestaron contra un aumento a las tarifas del
transporte público en Guadalajara. Lo realmente sorprendente, en su
caso, fue la rapidez de su caracterización cavernaria en el ejercicio
del poder, mera continuidad de similares posturas del panismo represor
que le antecedió.
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
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