martes, 7 de mayo de 2019

Metáforas del cuerpo: la propuesta de Sergio Roque a la Bienal

Escrito por  Giusette León García / CubaSí
«Metáforas del cuerpo» es el título de la muestra con que el destacado artista de la plástica Sergio Roque se inserta en la XIII Bienal de La Habana, desde su recién abierto estudio de la Sala José White, en Matanzas.
Roque no necesita complicarse, es un artista que resume entre sus líneas bien dibujadas todo el concepto. Roque observa y reinventa una feminidad imperfecta, alejada de los estándares, y la devuelve reinventada, con todas las luces del arte; revisita a la mujer como inspiración y energía creativa.

Con total sintonía puedo citar a un amigo suyo y maestro para mí, el destacado poeta, escritor y editor matancero Alfredo Zaldívar, quien escribió la nota para el catálogo con que Roque se inserta en el capítulo matancero de la XIII Bienal de La Habana:

«Sergio Roque Ruano es un hombre dotado para el arte. El arte no es una copia de la realidad, es la recreación de la realidad. Sus códigos de belleza son propios. Se ha hecho de una poética, la máxima inspiración de un artista. Roque no pinta mujeres, no pinta gordas (gordas primitivas pintaba Botero; Roque no pinta mujeres estilizadas con cuellos de cisne (esas las pintó Modigliani. Roque sigue a los clásicos, pero los subvierte. Sergio Roque pinta metáforas del cuerpo femenino). Lo sensual está ahí, pero lo sensorial vibra, es notorio. La esencia humana de sus figuras es maternal. No parecen haber salido todavía del vientre materno. Flotan aún en el líquido amniótico. No han cortado el cordón umbilical. Sus criaturas están por nacer».

La muestra recorre los variados formatos y soportes de los que Roque se ha valido para hacer su obra. Nos muestra estos jarrones, aquellos relojes de pared, con el mismo cariño con que observa el lienzo grande a la entrada de la sala, o las piezas de cerámica policromada. Y es que no tiene complejos de que su arte sirva, adorne; la palabra utilitario no lo asusta, no lo empequeñece: «Soy también un artesano», decreta.

alt

Matanzas lo acogió como un hijo y él le devolvió la Sala White (el antiguo Liceo de la ciudad), donde, por fin, ha emplazado merecidamente su estudio. Por estos días es uno de los que permanecen abiertos a la Bienal de La Habana (que ya es de Cuba). Sin embargo, allí, en tan yumurino lugar, escuchará siempre danzones su Camagüey natal, esta vez, a través de un tríptico hermoso que ha titulado Trinajones, donde recurre a ese objeto típico de la tierra agramontina para llenarlo de sus cuerpos que se encogen o se abrazan, se contorsionan y se entrelazan en sí mismos o se amalgaman para hacer la metáfora.

Roque no es un hombre de pocas palabras, eso lo puedo asegurar, pero el trabajo lo absorbe. Va montando, cuadrando un espacio, terminando una pieza y así, como hormiguita que carga un sueño, te mira y te dice: «Imagínate, muy contento, esto nos faltaba, porque estuvo desde el principio en el proyecto de restauración de la Sala y al fin logramos abrirlo. ¿Qué te puedo decir? La Sala White es mi casa también, me satisface mucho trabajar y exponer aquí».

alt

Sergio Roque dirigió la restauración y remodelación de la Sala de Conciertos José White, antiguo Liceo de Matanzas, y justo allí funciona ahora su estudio-galería, una iniciativa que le devuelve al local su añeja relación con todas las manifestaciones del arte y donde «no será solo Roque», nos explica, «también invitaremos a otros artistas para que muestren su obra».

Él es profesor, Máster en Bellas Artes, pintor, escultor, ceramista, restaurador, dibujante exquisito; es presidente de la Asociación de Artes Plásticas de la UNEAC en Matanzas y es auténtico, no por último y subjetivo, menos importante: Sergio Roque no se parece más que a sí mismo. Eso sí: su pintura se parece a su cerámica y sus cartulinas a sus murales. Cambia el soporte, pero no la entrega con que los asume ni el sello que imprime a cada pieza. Es posible notarlo en estas «Matáforas…» con que, por estos días, nos espera en su estudio abierto a la Bienal.

No hay comentarios: