Astillero
Ricardo Anaya, perdonado //
Inocencia, gracias a EPN // La PGR no
acreditódelitos // Cesión reparatoria de inmueble
Julio Hernández López
▲ LA CONSTITUCIÓN PARA NIÑOS. Napoleón Gómez Urrutia presentó en la sede del Senado el libro La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para niñas y niños.
Al final, junto con el autor, Ricardo Velázquez Cruz, el senador Julio
Menchaca y la magistrada Paula María García, el legislador de Morena
autografió el texto a menores asistentes
.Foto La Jornada
Dos días antes de entregar la
banda presidencial, Enrique Peña Nieto hizo que la sumisa Procuraduría
General de la República (PGR) librara de cargos a Ricardo Anaya Cortés,
quien había sido candidato presidencial del Partido Acción Nacional
(PAN).
Ese 28 de noviembre de 2018, mientras la atención nacional estaba
centrada en los preparativos del histórico arribo de Andrés Manuel López
Obrador a Palacio Nacional, el enteramente manejable Alberto Elías
Beltrán, quien fungía como encargado del despacho de la PGR, dejó
asentada la incongruente, pero muy indicativa, exoneración del político
panista: No existen datos de prueba suficientes aun de manera circunstancial que permitan acreditar el hecho con apariencia de delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita materia.
Incongruente, se dijo líneas atrás, porque durante largos y definitorios meses se mantuvo una campaña mediática para exhibir los entretelones de las maniobras de enriquecimiento que habría hecho quien era el principal contendiente real contra Andrés Manuel López Obrador por la Presidencia de México. Anaya Cortés fue exhibido en lo personal y lo familiar, con una abundancia de datos y ligas que de manera inequívoca señalaban uno de los varios
negociosrealizados por el joven político a partir del poder que adquirió en Querétaro, donde fue secretario particular del gobernador (también panista) Francisco Garrido Patrón, y diputado local y federal (siempre por la vía plurinominal).
Impulsado en el plano nacional por el chihuahuense Gustavo Madero, a quien luego dejaría feamente en el camino, y virtual aliado de Los Pinos durante una larga luna de miel política, Anaya Cortés entró en dura e imparable confrontación con el propio Peña Nieto a partir de los comicios del estado de México, donde EPN castigó todo tipo de veleidad panista que afectara o no ayudara a Alfredo del Mazo en su riesgosa batalla contra el morenismo encabezado por la profesora Delfina Gómez (en ese castigo peñista se incluyó la difusión de los más de mil millones de pesos entregados a Josefina Vázquez Mota para triangulada
ayudaa migrantes mexicanos en Estados Unidos e incluso filtraciones sobre temas penales que alcanzarían a miembros de la familia de Vázquez Mota).
Con José Antonio Meade Kuribreña que nomás no levantaba (como si tal
fuera la estrategia) y presiones no sólo empresariales para que el
aspirante
no partidistadeclinara a favor de Anaya Cortés y así se presentara un frente unificado contra López Obrador, surgió el expediente de la nave industrial queretana y las historias de maniobras delictivas para reportarle ganancias millonarias al panista. Esa fue una losa diariamente recargada que limitó las expectativas de crecimiento de Anaya Cortés.
Pero la historia fue finiquitada así como había surgido: en la
opacidad de los arreglos políticos de élite. Entre versiones de que
personajes del panismo y la iniciativa privada habrían abogado ante Peña
Nieto para no dejar el expediente criminal abierto, se produjo el
extraño desistimiento de la PGR dos días antes de que el mexiquense
pasara a intocable retiro.
Como puede verse, Anaya Cortés puede alegar ahora, cuando el tribunal
electoral federal ha determinado que no hubo equidad en la contienda
2018, que es inocente de lo que le imputaban. No es así: por razones
políticas, EPN hizo que la PGR se desistiera de las acusaciones, pero
ello no significa que el hecho delictivo no hubiera existido. Y el
resolutivo del tribunal electoral federal se refiere a la difusión de un
video y de comunicados de prensa de la PGR, pero no al fondo del
asunto.
Planteado conforme lo acomodó la corrupta y manipulable realidad institucional del México peñista: Anaya Cortés es
inocentepor cuanto la PGR se desistió de seguir con el asunto, pero la nave industrial queretana fue entregada a la PGR como parte de un acuerdo reparatorio con la Secretaría de Hacienda por parte de la empresa fantasma usada para las triangulaciones de Anaya Cortés.
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