lunes, 27 de octubre de 2014

¿Por qué Washington sigue apoyando sus aliados genocidas?
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Escrito por: Tim King

Los problemas que enfrentan las minorías religiosas en el mundo, son de suma importancia y los líderes políticos occidentales no hacen nada para disminuirlos; de hecho, el Occidente sigue apoyando la explotación que trae la guerra religiosa entre los gobiernos, con el propósito del genocidio de seres humanos y las culturas.

Viendo la situación del pueblo el de Gaza, fuertemente atacado en los últimos meses por el régimen de Israel, o de los tamiles de Sri Lanka, que continúan sufriendo como consecuencia de una brutal guerra civil y una campaña orquestada por el gobierno para asesinarlos en masa; los estadounidenses ya empiezan a decir otras cosas que, rara vez se parecen a las excusas presentadas por el propio Gobierno del país norteamericano, como apoyar la “libertad” y la igualdad humana, a la hora de lanzar una guerra.
Para los líderes estadounidenses, apoyar los regímenes formados por los judíos sionistas, musulmanes suníes radicales y budistas asesinos es una prioridad. No importa cómo estos, como régimen de Israel y Sri Lanka, matan, violan y mutilan.

Las tácticas empleadas por estos gobiernos que violan deliberadamente el derecho internacional, le preocupan muy poco, si no queremos decir nada, a la administración de Barack Obama, pues claro; el propio Gobierno de Estados Unidos es el más culpable tratándose de crímenes de guerra.

Los grupos que reciben apoyo de EE.UU., tienen una tendencia a utilizar la ayuda económica no sólo para matar a los seres humanos, sino también para destruir los iconos culturales y la infraestructura.

Esta actitud está llevando el mundo por un camino oscuro que no va a iluminarse en un futuro cercano.

En Gaza, miles de casas y negocios fueron objetos de ataques directos en la reciente operación militar denominada “Margen protector”.

En la tierra de los tamiles en noreste de Sri Lanka, monumentos sagrados pertenecientes a los hindúes y los musulmanes, son atacados sistemáticamente y si no se quedan completamente destruidos, se usan para fines religiosos budistas.

El terrorismo de Occidente y sus lejanos subalternos adquiere proporciones escalofriantes.

No hay una explicación lógica de porqué los hindúes y chiíes son blanco de estos ataques brutales.

Igualmente, no hay justificación alguna para el apoyo que brinda los EE.UU. a los radicales religiosos ni para la manera que lo hace.

Es una filosofía de “Haz lo que digo, no lo que hago”, sin respiro para las masas que sufren.

Según las cifras facilitadas por el grupo de activistas de paz israelí, B'tselem, 1767 palestinos perdieron la vida en la última ofensiva israelí contra Gaza. Entre los muertos se encontraban 431 niños y 200 mujeres menores de 60 años. Las mismas cifras indican que 85 mayores de 60 años también fueron asesinados. El Ministerio de Salud de Gaza, ha declarado a su vez que el número de palestinos muertos es 1.939. Mientras tanto, por parte israelí, 2 civiles, 64 militares y un tailandés murieron. Las cifras demuestran que al menos 5 de estas muertes han sido producidas por el fuego amigo. La ONU ha calculado que al menos el 70% de los fallecidos eran civiles.

Este es sólo el más reciente ataque contra los civiles palestinos, entre otros muchos que los EE.UU. ha respaldado.

En el caso de Tamil Eelam, el anterior Gobierno tamil del norte de Sri Lanka, hasta 160.000 personas fueron masacradas o desaparecieron en los primeros seis meses de 2009 por el gobierno central, de acuerdo con las fuentes de la Iglesia Católica en Mannar, Sri Lanka, quienes me transmitieron personalmente sus hallazgos al respecto.

Se puso de manifiesto, después de la masacre llevada a cabo por el Gobierno de Sri Lanka, que un número desconocido de luchadores por la libertad de LTTE (Tigres de Liberación de Tamil Eelam) se pudrieron en las cárceles. Hoy en día no se sabe si alguno sobrevivió. También salió a la luz en los años posteriores a la guerra, que los funcionarios estadounidenses estaban completamente al tanto de lo que estaba ocurriendo.

El asesinato en masa de inocentes hindúes y cristianas tamiles junto al hecho de que el Gobierno de Sri Lanka mató a tantos periodistas protamiles como pudo, eran simplemente poco importantes para los funcionarios estadounidenses que están dispuestos a lanzar una guerra a gran escala por los motivos mucho menos significativos.

Además de brindar apoyo a los crímenes del llamado estado judío y la oligarquía de Sri Lanka, los norteamericanos pasaron años luchando una guerra expresamente ilegal en Irak, matando, según algunas cálculos a casi 1.5 millones de seres humanos. Esta guerra tuvo lugar poco después de la guerra de Afganistán, que puede ser denominada como la guerra más estúpida e inútil jamás librada por Estados Unidos, en una región que nunca ha fallado a la hora de rechazar las invasiones de los Ejércitos extranjeros, incluyendo las del Reino Unido y Rusia.

Los líderes occidentales no han aprendido absolutamente nada de tantas guerras, muertes y sufrimientos, porque no son ellos los que van a la guerra; ellos envían a los hijos e hijas de las familias normales estadounidenses para matar y ser matados. Mientras que el objetivo de todos debería ser la compasión y la justicia, la realidad es que los EE.UU. sólo lucha por sus propios beneficios.
Los beneficiarios son las entidades corporativas dentro del complejo industrial militar.

Los EE.UU. adoptó el papel principal en el derrocamiento del Gobierno de Libia, y luego asumió el liderazgo en un intento para derrocar al Gobierno de Bashar al-Asad en Siria.

Los americanos utilizan como pretexto uso del gas venenoso por parte de Gobierno sirio cuando en realidad, los terroristas apoyados por los EE.UU. son los que con más probabilidad han utilizado el gas en un primer lugar. Los estadounidenses, que afirman apoyar la libertad, apoyan los viles, los militantes más viciosos en la faz de la tierra.

El presidente estadounidense, Barack Obama parece decidido a poner fin a los gobiernos seculares en el Oriente Medio cuando, de hecho, la estabilidad que consiguen establecer estos gobiernos en sus países, contribuye a su prosperidad.

Simplemente, no tiene sentido.

Lo que es importante es la alianza tácita que existe entre los sionistas de Israel y los militantes suníes. Cada uno cree que es “el pueblo elegido” de Dios y a consecuencia, ve como un derecho sacrificar sus supuestos enemigos con ayuda de Dios, algo que cualquier mente lógica rechaza inmediatamente. Y cada uno de ellos es aliado de Estados Unidos.

El primer acto de los militantes suníes respaldados por EE.UU. en Libia, después de derrocar al Gobierno de Muamar Gadafi, fue la destrucción de un cementerio británico histórico en Bengasi.

Además de derribar las lápidas que habían resistido durante décadas bajo el Gobierno de Gadafi, los militantes suníes, al verse tan favorecidos por los medios de comunicación occidentales, en la más absoluta falta de respeto derribaron la gran cruz cristiana que marcaba el lugar donde los soldados británicos habían sido enterrados.

Los militantes echaron sal a la herida y los estadounidenses a cambio, les dieron más dinero y arma para apoyar el derrocamiento del Gobierno de Al-Asad.

Tal vez, los elementos iniciales del Ejército Libre de Siria eran legítimos, pues cualquier gobierno del mundo tiene sus críticos justos; pero el grupo fuertemente respaldado fue tomado rápidamente por elementos suníes deshonestos a los que se sumaron los mercenarios que luchaban contra los estadounidenses en Irak.

Los estadounidenses siguieron financiando los combatientes que pronto, invadieron la histórica ciudad de Damasco, lanzando una campaña de terror contra los musulmanes chiís, cristianos y judíos, todo con el respaldo del presidente Obama. Una ciudad que había florecido durante siglos, se convirtió en otro campo de batalla.

Los líderes políticos estadounidenses están intentando derrocar los gobiernos de Oriente Medio que respaldan la libertad religiosa.

Irak, Libia y Siria permitían a la gente practicar libremente sus diversas religiones. Irán, otro país en la lista negra estadounidense-israelí, ha mantenido durante mucho tiempo las leyes que protegen a los judíos; algo que los socios de Estados Unidos en el Oriente Medio como Arabia Saudí nunca han hecho.

Los Gobiernos budistas de Sri Lanka y Birmania, también utilizan la superioridad religiosa como excusa para matar a sus enemigos: los hindúes, los musulmanes y los cristianos.

En cada caso, señalan como “terroristas” a quienes se oponen a los asesinos gobiernos fascistas.

Claramente no hay victoria alguna en estas guerras para el pueblo estadounidense.

Incluso los veteranos estadounidenses que lucharon por los EE.UU. en sus prolongados conflictos en el extranjero, se encuentran hoy incapaces de pagar los gastos de atención medica que necesitan por daños sufridos en los combates.

Aunque los estadounidenses se consideran víctimas con daños menores, también sufren enormemente de enfoque de su gobierno hacia el conflicto mundial.

ymc

Tim King, es articulista especializado en acontecimientos políticos y militares en todo el mundo. Ha trabajado durante años como periodista en asuntos relacionados con los Derechos Humanos. En 2006 y 2007 cubría las noticias de la guerra en Afganistán y a partir de 2008, siguió su trabajo en Irak. El exinfante de marina estadounidense, es ahora el editor de noticias para Globalnewscenter.com y ha recibido varios premios de las agencias tradicionales como The Associated Press y Electronic Media Association por sus reportajes, sus fotografías, sus artículos.

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