Perdieron viviendas y permanecen en albergues o a la intemperie en espera de
ser reubicados
En el desamparo, 4 mil indígenas damnificados por lluvias en
Guerrero
Autoridades ofrecieron apoyos a 20 comunidades de la Montaña Alta hace 3
meses, dice ONG
Desplazadas de San Miguel Amoltepec Viejo, municipio
guerrerense de Cochoapa El Grande, esperan despensas que la policía comunitaria
de Olinalá llevó a su campamento improvisado con láminas y lonas. Sus casas
quedaron sepultadas por el paso de las tormentas Manuel e
Ingrid. A la derecha, pese al intenso frío niños juegan descalzos en
una colonia de Cochoapa, afectada por las lluvias de septiembre pasado. Con
recursos propios, el padre y el hermano de esos menores, intentan reconstruir su
viviendaFoto Salvador Cisneros Silva/ La Jornada
Guerrero
Sergio Ocampo Arista
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 8 de diciembre de 2013, p. 26
Domingo 8 de diciembre de 2013, p. 26
Chilpancingo, Gro., 7 de diciembre.
Más de 4 mil indígenas cuyos hogares resultaron destruidos o dañados por las
lluvias de septiembre pasado en los municipios de Cochoapa el Grande,
Malinaltepec, Metlatónoc y Acatepec, en la Montaña Alta de Guerrero, se
encuentran en improvisados albergues directamente a la intemperie, sin saber si
serán reubicados y enfrentando las bajas temperaturas de la estación, denunció
Abel Barrera Hernández, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña
Tlachinollan.
Si no fuera por la presión que ejerce el consejo de comunidades damnificadas
de la Montaña, la situación sería peor. Principalmente hay preocupación entre
habitantes de unas 20 comunidades de los municipios mencionados porque además no
se les ha podido garantizar una estancia digna en los refugios.
Los indígenas se cobijan bajo plásticos porque no les han entregado material
para protegerse del frío y los vientos. Se encuentran en completo abandono por
las autoridades de los tres niveles de gobierno, aseguró en entrevista
telefónica.
Incertidumbre entre pobladores
Aunque les han llegado unos pocos alimentos y en algunos poblados
hay comedores comunitarios,
no están a gusto porque en esta región no se consumen los productos enlatados. Están esperando que el gobierno les diga si se les va a reubicar y si ya se compraron las nuevas tierras.
Barrera Hernández advirtió además que “los pueblos de Filo Acatepec, Tepeyac
y Unión de las Peras, del municipio de Malinaltepec, mantienen conflictos por la
tierra con la comunidad de Tepecocatlán, del municipio de Atlamajalcingo del
Monte.
Estos pobladores están asentados en los límites y tienen temor de ser desalojados si se reactivan los diferendos, dijo.
Acusó a las autoridades agrarias, y de los gobiernos federal y estatal por no
dar una atención adecuada a los conflictos:
Incluso los presidentes municipales demuestran desinterés, solamente les han entregado láminas y víveres para los comedores comunitarios, pero nada les dicen del problema que tienen por la disputa de las tierras.
Lo más grave, insistió el director de Tlachinollan,
es la incertidumbre en que viven estos pueblos indígenas: no saben qué pasará con sus tierras; si serán reubicados en su totalidad o una parte y en qué región. En conclusión han quedado relegados de la ayuda gubernamental.
Abel Barrera manifestó que a los damnificados se les prometió la construcción
de casas de madera,
lo cierto es que nadie quiere invertir en los damnificados, el gobierno asume una actitud de discriminación hacia los pueblos indígenas de la Montaña Alta, porque relegan a segundo plano esta contingencia. Hay mediocridad e insensibilidad de las autoridades gubernamentales, concluyó.
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