Astillero
Trump: giro discursivo oportunista //
Contra racismo y supremacismo// Ebrard aprecia la retórica // 8NG y los enigmáticos 3.3 mdp
Julio Hernández López
▲ EX BRACEROS PIDEN DIÁLOGO. Campesinos que trabajaron en Estados Unidos
instalaron un plantón afuera de Gobernación para exigir se reintegre un
fondo de ahorro que se les adeuda.
Foto Alfredo Domínguez
Donald Trump se dio cuenta de
que estaba pisando terreno movedizo, manchado de rojo, e hizo una
concesión retórica (tal vez sólo provisional) a quienes han ido en
creciente rechazo al discurso de odio practicado desde diversas tribunas
estadunidenses, en especial desde la que utiliza el citado presidente
de Estados Unidos.
De una manera inusual, Trump se colocó del lado de sus opositores y
soltó palabras que parecía improbable escucharle: llamó a que, como una
sola voz, haya en Estados Unidos una condena al racismo, el fanatismo y el supremacismo blanco. El hombre que hizo su primera campaña arremetiendo groseramente contra mexicanos (los
bad hombres) y que ha desarrollado una intensa campaña de odio contra los oriundos del país vecino que llegan a Estados Unidos, advirtió que
estas siniestras ideologías deben ser derrotadas. El odio no tiene lugar en Estados Unidos. El odio deforma la mente, devasta el corazón y devora el alma. ¡Uf!: otro Donald. Otro momento de su campaña electoral. Un giro discursivo para no quedar descolocado en la batalla por un segundo periodo presidencial.
Del lado mexicano también hubo una especial valoración de las palabras (suponiendo esperanzadamente que puedan llegar a convertirse en hechos). El canciller Marcelo Ebrard estuvo en El Paso, Texas, y en una primera alocución elogió el cambio retórico de Trump. Ya metido en el terreno de la repartición de las etiquetas de lo
histórico, el ex jefe del gobierno de la capital de México destacó que es la primera vez en que Trump se expresa de esta manera. Igualmente, Ebrard puso de relieve que por primera vez en la historia mexicana se explora la posibilidad de demandar por terrorismo a estadunidenses y se busque tener acceso a investigaciones y procesos.
¿Serán suficientes los giros de Trump y de Ebrard ante la magnitud de lo sucedido en El Paso y, en general, en el ambiente estadunidense cargado de odio contra migrantes, sobre todo los mexicanos? Por lo pronto, ambas partes se han posicionado con acento positivo ante acontecimientos que les podrían haber afectado en sus intereses políticos. México sigue ayudando a que Trump se encamine hacia la relección, al hacer ruido procesal de difícil cumplimiento (Estados Unidos no concederá ninguna extradición a México por el simple hecho de que acá no hay la correspondiente pena de muerte y, además, por el rasgo más crudo de que el imperio no va a conceder victorias reales a sus subordinados). Y Trump ayuda a la parte mexicana al permitir que se destaquen estos revuelos
históricos.
En realidad, el presidente López Obrador está ante una extraordinaria
oportunidad de equilibrar las malas actuaciones realizadas ante el
amago trumpista de los aranceles y conseguir mayores réditos que los
meramente discursivos que en estos días aporta el citado Donald,
tramposo como siempre, capaz de simular lo que sea con tal de seguir
ganando.
Con frecuencia se ven escenas en la vía pública con agentes o
inspectores que arremeten contra vendedores callejeros por no contar con
determinados permisos. Los afectados suelen ser personas de muy escasos
recursos que viven al día. Sin embargo, en esta realidad mexicana
terriblemente contradictoria también puede suceder que en una de las
colonias lujosas de la capital del país sea detenida una pareja de
personas que a bordo de un vehículo llevan 3.3 millones de pesos en
efectivo.
Las primeras declaraciones del caso mencionaron que ese dinero era
propiedad de Miguel Ángel Osorio Chong, ex gobernador de Hidalgo, ex
secretario de Gobernación y actual coordinador de la muy menguada
bancada priísta en el Senado. Para tratar de evitar la detención de la
pareja portadora de los fajos de billetes entró en acción un policía
uniformado. Y, sin embargo, además de que el ahora senador Osorio Chong
aseguró que los millones no son de su propiedad, los transportistas de
esa alta cantidad fueron puestos en libertad mientras se sigue
investigandoel caso en las instancias del gobierno de Claudia Sheinbaum.
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