Melissa Vargas: Nacida para jugar voleibol
Escrito por Yoel Rodríguez Tejeda
Con tan solo 14 años, Melissa Vargas asume la responsabilidad de atacadora opuesta del equipo femenino de voleibol de Cuba.
Antes de hablar con ella, me había advertido que era una muchacha tímida y de pocas palabras, que no le gustaba hablar mucho sobre ella, pero una vez que sale al terreno se convierte en otra persona.
Cuando está en el mondoflex parece que llevara toda una vida allí, y es que Melissa Vargas, a decir del entrenador principal de la selección femenina de voleibol Juan Carlos Gala, “nació para jugar voleibol”. Talento tiene y juventud para desarrollarla le sobra con apenas 14 años y todo un mundo por delante.
En el recién finalizado torneo NORCECA, el público cubano pudo verla lucirse en la Ciudad Deportiva, brillando con sus potentes ataques en su posición como opuesta del conjunto, donde poco a poco va asumiendo la responsabilidad de ser la líder ofensiva de un equipo con larga historia y tradición en este deporte.
Gran peso recae sobre los hombros de esta niña que, además del fuerte entrenamiento que realiza a diario, tiene que combinar la preparación deportiva con los estudios, nada fácil para esta jovencita, que poco antes de partir hacia clases, accedió unas pocas palabras a Cubasí.
Primeros pasos en el voleibol…
Yo comencé en el voleibol en Cienfuegos, el profesor Gilberto me trajo para la EIDE en la capital y ya aquí pasé a jugar con la preselección nacional.
¿Qué se siente ser la atacadora principal del equipo nacional con solo 14 años?
A veces es puro nervios. Casi siempre todas las bolas perdidas van para mí que soy la opuesta, y eso me pone un poco nerviosa, pero tengo que hacerlo.
¿Cómo es el trabajo con las demás jugadoras del equipo, todas mayores que tú?
El trabajo con las muchachas es muy bueno. Me llevo muy bien con todas, ellas me apoyan, me gusta mucho hablar con ellas; no tengo diferencias con ninguna y cuando jugamos me siento bien.
¿Qué le gusta hacer a Melissa fuera del voleibol?
Me gusta escuchar música, compartir con las otras jugadoras del equipo y además del voleibol, me gusta practicar taekwondo.
Como toda joven dispuesta a comerse al mundo, Melissa confiesa que le gustaría llegar a ser campeona olímpica y ser la mejor jugadora de este siglo que recién comienza. Tiempo y talento tiene, pero le espera trabajo fuerte, dedicación y esfuerzo para alcanzar sus metas, lo cual esperamos que consiga en un futuro, por ella y por el voleibol femenino cubano.
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