Astillero
Claroscuros de Mireles
Bumerán social
Grilla michoacana
Fascistas mexicanos
Julio Hernández López
INFORME EN BUCARELI. El comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, ofreció ayer una conferencia de prensa en la Secretaría de Gobernación para informar sobre la detención del médico José Manuel Mireles, líder de las autodefensas. Ahí, el funcionario llamó a ‘‘apostar por las instituciones y la solidez de los cuerpos policiacos para poder garantizar la seguridad’’ en ese estadoFoto Jesús Villaseca
E
l golpe ideado en las alturas peñistas contra el médico Mireles podría convertirse en un bumerán y convertir al personaje de Tepalcatepec, a pesar de sí mismo, en una especie de símbolo nacional del hartazgo ciudadano y en eventual factor de desencadenamiento de violencia social hasta ahora contenida.
Los cargos enderezados contra el único de los líderes de autodefensas que no se ha uniformado suenan subversivamente ofensivos ante una sociedad que se pregunta por qué tantos criminales confesos o apenas disfrazados siguen en libertad, mientras un hombre de alegato justiciero convincente va a prisión. El principal acusador y ejecutor, el comisionado Alfredo Castillo, tiene en contrapartida una apabullante falta de credibilidad, tanto por su papel falsificador en el inaceptable caso de la mexiquense niña muerta y tan buscada (Paulette) hasta que fue ‘‘encontrada’’ en un resquicio de su cama, como por la función de intervencionismo contra derecho a la que fue enviado desde Los Pinos para sustituir poderes en Michoacán e implantar un virreinato de facto.
Las acusaciones contra Mireles sonarían medianamente aceptables en el contexto de un gobierno federal que hubiera sido medianamente respetuoso del estado de derecho en aquella entidad y cuya conducta se hubiese mantenido ajena a los mismos hechos ahora denunciados y satanizados. Pero Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong y Alfredo Castillo fomentaron, manejaron y ahora tienen bajo abierto control el peligroso fenómeno de las autodefensas. Y, en consecuencia, los mandos de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, así como de las policías federales, promovieron y permitieron las andanzas multitudinarias de civiles con armamento pesado que bajo la tutela y protección de esas ‘‘autoridades’’ suplieron el actuar gubernamental y cometieron infinidad de actos que a la luz del derecho vigente son delictivos (cateos, detenciones, expulsiones, retenes, tomas, etcétera). El propio general colombiano Óscar Naranjo, a quien se consideró largamente como promotor de la creación de esas versiones mexicanas de los paramilitares sudamericanos, dijo en días pasados en Hermosillo, Sonora, al dar una conferencia, que es ‘‘mala idea’’ impulsar esas autodefensas.
Bajo señalamientos de portación de armas prohibidas (que antes le habían sido permitidas de manera discrecional, en abierta violación legal por parte de esas mismas autoridades federales), de llevar sobres con sustancias estupefacientes (en el reino regional del trasiego masivo de esos productos) y de contar con documentación probatoria de manejos bancarios sospechosos (rubro éste extremadamente sugerente), el médico Mireles pareciera estar encaminado a un largo camino procesal.
Dicho todo lo anterior, también es preciso señalar que la trayectoria del médico Mireles en su etapa de fama nacional ha sido no sólo contradictoria sino sinuosa. Ha hecho acuerdos con autoridades federales que luego ha desconocido a medias, pero también cumplido a medias, sin esclarecer posteriormente las circunstancias en las que negoció algunas cosas y rechazó otras. Algunos de sus ex compañeros insisten en que su conducta y criterio sufren alteraciones a partir del accidente, también lleno de enigmas, que tuvo en una avioneta cuando regresaba de un viaje que, según esas versiones, habría realizado a Guadalajara para reunirse con personas no especificadas.
Otro factor polémico es la participación a su favor de un grupo político michoacano que tiene la vista puesta en las próximas elecciones de gobernador y otros cargos en la entidad. La defensora jurídica de Mireles, Talía Vázquez Alatorre, es hermana de una diputada local, Selene, llegada al cargo a nombre del PRD y quien ahora busca ser candidata a la gubernatura y ha tenido reuniones en tal sentido con el PT. Talía y Mireles fueron candidatos a diputados de representación proporcional en 2006 en la coalición Por el bien de todos. Selene fue la suplente del candidato a senador Silvano Aureoles, quien ahora busca ser gobernador postulado por el PRD y Los Pinos, y al que apoya el grupo de Leonel Godoy.
La eficacia jurídica de la defensora Vázquez Alatorre no le ha servido en su propio interés, pues ha perdido dos casos relevantes. Uno, al acusar escandalosamente a su ex esposo, Juan Iván Peña Neder, de violación tumultuaria, lo que ha sido rechazado de forma apabullante en dos instancias judiciales. Otro, al señalar al ahora senador Roberto Gil de recibir sobornos en dólares para aprobar asuntos relacionados con casinos, que es un punto delicado en el que la propia Talía ha sido involucrada. Montarse en algo es un montaje. Castillo pareciera hacer un montaje contra Mireles. Factores políticos michoacanos también parecen interesados en otro montaje, éste electoral.
En otro tema: son los nacionalsocialistas mexicanos, expresamente alineados con las ideas fascistas. Reivindican a Maximiliano de Habsburgo y a los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía. Se agrupan en el Frente Nacional Mexicanista y este sábado reciente rindieron en el Cerro de las Campanas un homenaje a los ‘‘mártires del Segundo Imperio Mexicano’’ (http://bit.ly/1pRd8ms). Van contra la ‘‘dictadura’’ venezolana, Benito Juárez, la izquierda partidista en general y en particular Morena.
Sus ‘‘pilares ideológicos’’ son ‘‘el nacionalismo identitario y el socialismo mexicanista, pilares que hemos reconocido plenamente en el nacionalsocialismo. Concebimos a México como una nación con vocación de Imperio. En este sentido, nos asumimos herederos de las grandes civilizaciones que forjaron la nación mexicana y reivindicamos la validez y permanencia del ideal imperial mexicano como un camino válido para construir la anhelada resurrección social y cultural de nuestra patria’’. (nacionalistas.org o el blog http://bit.ly/1x7rTpo o en Facebookhttp://on.fb.me/1jEdF7A). No están distantes de los jóvenes que en Jalisco y dentro de las filas del PAN también promueven esas ideas y prácticas.
Y, mientras México ha perdido a un gran pensador político, el maestro Arnaldo Córdova, ¡hasta mañana!
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