miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA PAZ DEBE IR POR ENCIMA DE LAS ELECCIONE: SICILIA





Para todo aquel agorero que piense en que Javier Sicilia tiene la mira puesta en el 2012, la noticia es que sí lo tiene muy claro en el futuro pero más como una oportunidad social y sin ninguna pretensión mayor que lograr la paz del país. El afirma: “Los medios tienen una gran responsabilidad de cara al 2012: no olvidar este gran reclamo ni irse con la finta de ir en pos de lo noticioso que serán las elecciones. Si los medios no toman esa responsabilidad no vamos a poder encontrar la paz”, afirma en entrevista el poeta, quien después de recorrer el país recolectando experiencias de dolor a lo largo y ancho del territorio se ha tomado un momento para presentar un par de libros: Estamos hasta la madre (Planeta) y Tríptico del desierto (Ariel).

La llamada de atención de Sicilia aterriza en una propuesta concreta: “si los medios apoyan las movilizaciones y logramos que las víctimas, y la izquierda y la derecha nos sentemos a establecer una agenda nacional, y nos visualizan y se comprometen con esa demanda de toda la ciudadanía del país por la paz, podemos obligar a quien gane a responder a ese reclamo”, opinó el escritor quien luego de la muerte de su hijo decidió tomar un voto de silencio poético.

El escritor afirmó que si los medios y los líderes y las empresas pierden de vista este reclamo “lo único que van a hacer es abonar al desastre del país porque la clase política sólo está pensando en sus propios intereses pese a que la realidad ya los rebasó, pese a que la ciudadanía ya los rebasó”, argumentó el poeta.

Una larga y pesada recolección de dolor

Atento como un padre. Dulce su voz gruesa. Sicilia nos recibe en una casona antigua del barrio de Coyoacán. Enciende un cigarrillo y observa más allá de la ventana, donde no hay nada más que el reflejo invisible de un alma en duelo. De su cuello pende una colección de crucifijos, la mayoría de ellos los recolectó en el sur del país cuando pasó por ahí con su Caravana. Dice que si se los pusiera todos caminaría agachado. Son apenas una muestra de los muchos que ha recibido desde que tomó la vanguardia en esta contra-lucha simbólica y pacífica.

“Lo que hemos recolectado en esta caravana es el dolor de la nación, el dolor de las víctimas, hemos visto también que son dolores estructurales, ancestrales que causan los cacicazgos, los racismos, el uso de la política estatal que se dedica a despreciar a su gente. Pero también hemos develado la reserva moral del país, la capacidad de amar, de solidaridad, de dignidad que hay en cada lugar que nos ha acogido, en cada plaza, en cada comida recibida”, dice Javier.

“Ese es el México que, quienes han hecho del pillaje una forma de vida: los políticos y los criminales, nos están arrancando”, añade.

Ahora, lo que sigue en este movimiento es un ideal: “tratar de unir a la nación, unir al norte con el sur, el este con el oeste, la izquierda con la derecha, el arriba con el abajo. Porque las víctimas no tienen clases, simplemente sufren y reclaman un pendiente humano. Esperemos que el gobierno responda a esa gran demanda de justicia, paz y dignidad que reclama el país”.

En el fondo, si bien hay mucho sufrimiento y dolor, lo más difícil para Sicilia es su propio dolor: “tener que cargar con la muerte de un hijo y con los dolores de la nación. Es horrible que tengamos que hacer esto, es demasiado dolor. Sin embargo la única autocrítica que puedo hacer es decir que hemos hecho lo que teníamos que hacer, a pesar de nuestra pequeñez y nuestra debilidad”, dijo.

Una época para la poesía

Más allá del silencio autoimpuesto, Sicilia sabe que la poesía está más allá de los versos y los libros: “Esto es poesía: haber nombrado a los muertos que quiere negar el Gobierno, haber concitado el amor, recordar que somos una familia y que el sufrimiento de uno es el sufrimiento del otro. Eso es poesía”, aseguró.

Luego ahondó en ese silencio: “ese orden que aguarda un momento para articularse. Digamos que mi hijo era una palabra sagrada, y esta se vierte en el silencio junto con él mientras yo aguardo una razón para volver a articularla”.

Sicilia mira una posibilidad para el hombre: “En esa formulación ‘Hijo del hombre’, que la expresa primero un profeta y luego la toma Jesús, yo creo que hay que mirarse allí. Para las mentes ideologizadas, escuchar esto significa una reacción del tipo: “pinche católico’. Pero hay que volver a leer la poesía del evangelio. Se olvida que Jesús era un poeta, hablaba en parábolas que revelan dimensiones profundas del ser humano, que tienen su mayor alcance en el amor. Y sí, yo creo que hay que volver allí. Y esto hay que escucharlo no desde el oído ideológico, sino desde el espacio místico. San Juan de la Cruz habló de la metáfora erótica, que el amor siempre es somático, y no hay amores espirituales. El beso, el abrazo, la caricia, la mirada, la palabra dulce, la palabra buena”. A juicio de Sicilia esa es la dimensión poética que urge recuperar.

Credito: Alejandro Flores / El Economista

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