sábado, 29 de septiembre de 2018

El 68 a medio siglo
Coloquio en la SCJN
El movimiento del 68, importante precipitador de cambios: Aguilar
Laura Poy Solano
 
Periódico La Jornada
Sábado 29 de septiembre de 2018, p. 13
El movimiento estudiantil de 1968 fue un importante precipitador de cambios y de avances en materia de democracia, libertad de expresión y transformaciones jurídicas, como la reforma política de 1976-1977, afirmó el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Luis María Aguilar Morales.
Al encabezar el coloquio El 68 y su impacto en materia de derechos humanos, subrayó que el 68 nos dejó claro que siempre se debe escuchar la voz de los jóvenes y que jamás deben cerrarse los canales de comunicación. Siempre es posible abrir espacios de diálogo y concordia.
El 2 de octubre, dijo, es más que una fecha. Es el referente que tenemos en la historia de México para recordar que el futuro, siempre representado por los jóvenes, no se trunca, no se ensombrece.
Aguilar Morales agregó que hoy tenemos un país diferente al de hace 50 años, pero el compromiso es el mismo: seguir avanzando en la agenda de los derechos, particularmente de quienes por décadas tuvieron negados u obstaculizados sus derechos.
Reunidos en el área de murales del máximo tribunal, Rolando Cordera Campos, economista, profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México y coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, destacó que a medio siglo es preciso reconocer las posposiciones y olvidos de una de las demandas centrales: la construcción de una democracia social.
Aseguró que México y su modernidad, siempre inconclusa, así lo requieren, pues sigue marcada por profundas brechas de desigualdad y vulnerabilidad social.
Cordera Campos alertó que sin el cumplimiento cabal de los derechos humanos, económicos, sociales, culturales y ambientales, no se podrá dar realidad y legitimidad a las reformas políticas que se han producido en el país.
El camino hacia la democracia en México, consideró, ha fundido, quizás sin haberlo propuesto así, la defensa de los derechos humanos con la búsqueda de espacios públicos para la expresión social.
El 68, dijo, es historia presente. Debe ser una lección de futuro que nos obligue a una permanente recuperación teórica, crítica y ética. Tenemos que volver a preguntarnos cómo volver a erigir una vida plural e incluyente, donde la convivencia se traduzca en cooperación social y en democracia política.
En el acto, al que también asistieron Leticia Bonifaz, directora general de Estudios, Promoción y Desarrollo de los Derechos Humanos de la SJCN, y la escritora Sandra Lorenzano –quien destacó el importante papel de las mujeres en el 68–, José Woldenberg, ex presidente del Instituto Federal Electoral, alertó que la corrupción, la desigualdad social y la falta de futuro para los jóvenes pueden desgastar a las instituciones democráticas que se generaron luego del movimiento estudiantil.
Si no deseamos el desgaste de las instituciones que hacen posible la democracia, y me refiero a los partidos, a los políticos, a los congresos y a los gobiernos, es necesario atajar y sancionar los fenómenos de corrupción que restan credibilidad a las instituciones, frenar la espiral de violencia que ensombrece la vida social, revertir el deficiente desarrollo económico que impide forjar un futuro a millones de jóvenes y combatir las crecientes desigualdades, apuntó Woldenberg.

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